17 mayo 2005

Ad me ipsum

Así, Para mí mismo, se titula el libro póstumo, un libro de fragmentos, de Hugo von Hofmannsthal, escritor que murió hace casi ochenta años, pero que me parece uno de los más cercanos a la sensibilidad y a la crisis del pensamiento posmoderno.
Siempre terminal, siempre en el límite de la estética y el conocimiento y la escritura, Hofmannsthal escribió la admirable, contradictoria, brillante Carta de lord Chandos y esa invitación constante a la inteligencia que es El libro de los amigos, antecedente de estas bitácoras en su enfoque y en su asunción del segmento como clave del estilo y del conocimiento de un mundo fragmentado.
En la Carta de lord Chandos escribe:
"Todo se me desintegraba en partes, las partes otra vez en partes, y nada se dejaba ya abarcar con un concepto. Las palabras aisladas flotaban alrededor de mí; cuajaban en ojos que me miraban fijamente y de los que no puedo apartar la vista: son remolinos a los que me da vértigo asomarme, que giran sin cesar y a través de los cuales se llega al vacío."

Una lectura imprescindible. No hay traducción al extremeño.