06 octubre 2005

Mayáns según Cervantes

Gaudeamus, Miguel Ángel,
que ya ha empezado el curso
por estos secarrales.

Leo estos días la biografía de Cervantes que escribió Mayáns y Siscar en 1737. La primera biografía cervantina, que ahora recupera Cátedra en edición híbrida y no venal de Letras hispánicas y Letras universales.
Por no sé qué extraña intuición, me detengo antes que nada en el colofón, que fecha esta edición el 23 de abril de 2005, "aniversario de Cervantes, aunque él no lo supiera aún." La ambigüedad de ese él, unida a la ventaja temporal del aún, me tienen un rato perplejo y cavilando. Y pienso que nadie, en efecto, sabe el día de su aniversario mortal.
Pero luego descubro que el colofón es compasivo, no macabro, y que esa confusa redacción se refiere a que el biógrafo desconocía la fecha de la muerte de Cervantes. Sabía, eso sí, de la dedicatoria del Persiles y se figuraba que había muerto poco después, pero el único dato fehaciente es que los tratos con la imprenta y los permisos los tramita el 24 de septiembre su viuda.
Curioso libro este, escrito por encargo, como prólogo para una edición londinense del Quijote en una época en la que en Francia se valoraba el desmadejado apócrifo de Avellaneda como muy superior al texto cervantino.
Curioso y un poco descarado, lleno de lagunas y documentado sin rigor, pero que se lee con agrado similar al que provoca una novela, pues más de ficción que de historia tiene este texto, escrito con talento y con sentido innegable de la lengua.