16 junio 2006

El filósofo y un pirata

He querido que las primeras palabras impresas en este libro vayan dirigidas de modo inmediato a su futuro lector por el autor, que soy yo, Francisco Ayala quien, desde la cima (por no decir la sima) de sus cien años, tiene mucho gusto en explicarle a cualquiera que pueda leerlo qué es lo que se ha propuesto hacer al componerlo: una especie de antología con muy diversas piezas de mi larga producción literaria, seleccionadas de entre la ingente suma de mis escritos con el fin de ofrecer un muestrario variado de los distintos terrenos explorados por mí en la búsqueda de expresión artística.

Así, este mensaje procura alcanzar un tono de confianza amistosa que solicita con ánimo cordial una respuesta personal desde la intimidad que invoco, aspirando ya tan sólo a despertar la comprensión y el entendimiento de los valores propuestos en la presentación de muy diversas situaciones de la vida humana.

Si en efecto consigo una respuesta de afinidad por parte del lector, me consideraré pagado de mi esfuerzo, y muy agradecido.

No digo más.

Con esas palabras preliminares, escritas en enero de 2006, abre Francisco Ayala De toda la vida, una recopilación de casi cincuenta relatos representativos de sus distintas épocas literarias y biográficas. La ha preparado para Tusquets Carolyn Richmond, autora también del magnífico epílogo que cierra el libro con un estudio solvente y luminoso de los textos.

Me sigue llamando mucho la atención El filósofo y un pirata, un relato de 1999 que había aparecido en 2001 en La niña de oro y otros relatos ( Alianza Editorial). Me gustó mucho entonces y vuelve a sorprenderme su relectura, porque es una asombrosa evidencia de la vitalidad creativa de Ayala.