04 agosto 2006

Apaguen ese maldito cigarrillo

Esas fueron las últimas palabras que se le oyeron a Hector Hugh Munro, que utilizó en su actividad literaria el seudónimo Saki.

Bueno, no exactamente esas, sino la versión inglesa de la frase: Put that bloody cigarrette out.

Fue lo último que dijo. Era el 13 de noviembre de 1916 y el sargento Munro se las dirigía a un inconsciente al que no se le había ocurrido otra cosa que fumar en una trinchera. La brasa del cigarrillo debió de servir de orientación letal a un francotirador que atinó en la cabeza del sargento.

Hay quien interpreta el episodio en clave humorística, con un curioso sentido del humor, de un tono más oscuro que el del humor negro. En cualquier caso, entonces sí que fumar era peligroso para la salud.

Saki tenía entonces 46 años y había publicado ya cuatro volúmenes de cuentos. Dejaba otros dos libros sin publicar, Los juguetes de la paz y El huevo cuadrado y otros bocetos.

Esos seis libros de cuentos y algunos otros relatos dispersos los reúne por primera vez en español la editorial Alpha Decay en un amplio tomo que recopila los Cuentos completos de Saki.


Reseña íntegra en la revista Encuentros de lecturas y lectores