17 febrero 2009

Ventanilla de cuentos corrientes

Ahora que la ventanilla de cuentas corrientes está menos concurrida, Rey Lear recupera la Ventanilla de cuentos corrientes de Jardiel Poncela, una colección de dieciséis relatos breves que habían ido apareciendo en la prensa de la época y recopiló en 1930 en este volumen.

Humor y absurdo, ingenio y dominio de la lengua se dan cita en textos que prescinden de la E o de la A, en cuentos que están entre los más celebres de Jardiel, como Un marido sin vocación, ¡Mátese usted y vivirá feliz! o El amor que no podía ocultarse, un cuento tan moderno –escribe Jesús Egido, el editor- que bien podría ser escrito mañana.

Heredero de la vanguardia y de su visión del mundo, Jardiel buscaba renovar la risa. Arrumbar y desterrar de los escenarios de España la vieja risa tonta de ayer, sustituyéndola por una risa de hoy en que la vejez fuera adolescencia y la tontería sagacidad. Y a esa risa joven y sagaz, cuyo esqueleto estaba hecho de inverosimilitud y de imaginación, inyectarle en las venas lo fantástico y llenarle el corazón de ansia poética.

Estos textos, que son antecedentes directos del microrrelato, formaron parte del Libro del convaleciente. Inyecciones de alegria para hospitales y sanatorios, que cumple ahora setenta años.

No es comparable aquella convalecencia con la situación actual pero, como Rey Lear sabe, el humor es el mejor antídoto contra la crisis y por eso la recuperación no puede ser más oportuna.