18 marzo 2009

Veintisiete Letras


Veintisiete Letras, la cuidada editorial que dirigen con mano sabia y buen gusto María Moreno y Viviana Paletta, nos tenía reservadas dos sorpresas para estos primeros meses del año.

La primera es Hambre de forma, una amplia antología bilingüe del poeta y ensayista brasileño Haroldo de Campos, que demostró que la vanguardia, más allá del mero juego, era compatible con el rigor intelectual. Ha sido preparada e introducida por Andrés Fisher y aparece en la colección de poesía Ajuar de frontera.

De las ediciones de Haroldo de Campos en español esta es con diferencia la más completa. Entre el Auto del poseso (1950) y La máquina del mundo repensada (2000), el volumen reúne muestras de siete libros. Medio siglo de poesía puesta en español por ocho traductores distintos que asumen el reto nada fácil de transmitir un mundo poético tan sutil y diverso como el del fundador de la poesía concreta, un teórico de la literatura al que Emir Rodríguez Monegal admiraba como uno de los mayores humanistas contemporáneos y Jacques Derrida reconoció como un adelantado de su propio pensamiento.

Dejo aquí una brevísima muestra de su poesía. Es el comienzo de Teoría y práctica del poema, de Ajedrez de estrellas (1976):

Pájaros de plata, el Poema
ilustra la teoría de su vuelo.


La otra novedad es el ensayo Leer el mundo, del venezolano Víctor Bravo, una reflexión sobre el futuro del libro y la lectura y un estudio de la evolución histórica de los dispositivos que la han hecho posible.

Desde la oralidad y la imagen mitológica del mundo hasta el giro informático del presente, un recorrido por la escritura como tecnología que hace legible el mundo, su relación con el poder, la secularización que supuso la imprenta, la invención del lector moderno, subjetivo y crítico, un espléndido ensayo que lleva un prólogo de Jorge Larrosa y un significativo subtítulo: Escritura, lectura y experiencia estética.