31 mayo 2009

Hypnos en la ventana


Hypnos, el sueño, el hijo de la noche, se asoma a la ventana en este libro de María Sanz para mirar los paisajes del alma, para ensimismarse en las galerías del recuerdo, para transfigurarse en una soledad más alta que el dolor, más honda que la sombra que delimita el perfil del vacío.

Para ver cómo ofician la realidad y el deseo su liturgia triste en el recinto corporal de quien conjura la noche y la llena de palabras, en un nocturno conmovido que iluminan las altas hogueras de diciembre, que serán ceniza mas tendrán sentido.

Como estos versos de María Sanz, templados en la fragua ardiente de los sueños perdidos, en los espejismos que nacen con rumor de manantiales. Los poemas de este libro, intensos, delicados, contenidos, levantan una tregua de antorchas frente al miedo, oponen su torre de palabras a un desierto de arena, esa antigua metáfora del tiempo.

Esos tres párrafos, que escribí para la contraportada del último libro de María Sanz, Hypnos en la ventana (Algaida), sirven ahora para anunciar su aparición en las librerías y para invitar a su lectura.