11 mayo 2012

Mirlo



Primero entre los pájaros madrugadores, hoy el mirlo del jardín silbaba incansable a las seis de la mañana, con la exaltación de este calor súbito y veraniego. Su música verde se impone a la más perezosa monotonía de las tórtolas y a la bocina parda y caliente de la abubilla.

Oyéndolo recordaba la Razón del mirlo -su canto sin miedo a la muerte- de Miguel Veyrat y el final de Mirlo, uno de los poemas que abren el último libro de Miguel Ángel Velasco que leía ayer por la tarde:


Amor del aire, mirlo,
crucificado en la ebriedad del vuelo.


La muerte una vez más, el volumen póstumo que acaba de publicar Tusquets,  reúne los inéditos que el poeta dejó a su muerte en octubre de 2010.

Se agrupan en este tomo preparado por Isabel Escudero cuatro libros, tres de ellos terminados -Espinas, Historia de las manos y La muerte una vez más- y un cuarto -Circulaciones- que reúne materiales dispersos y heterogéneos que Miguel Ángel Velasco escribió los últimos meses de su vida.

Está en ellos, última y definitiva, la voz de uno de los poetas más significativos de la poesía española actual.