24 enero 2013

La pintura flamenca de Cocteau


Esas cuatro tablas de pintura flamenca que Jean Cocteau pintó en Marbella en 1961 para  decorar La Maroma, el local de Ana de Pombo, se reproducen en un desplegable incluido al final del espléndido El cordón umbilical, el diario inédito y las notas que Cocteau escribió en aquella ciudad.

Al final del libro explica el artista el sentido y los personajes de esas cuatro tablas que son, en realidad, una sola, de dos metros de alto y cuatro cuarenta de ancho: el cantaor con voz ronca de animal atrapado en la trampa, la bailaora seguida por las espumas de su cola, el guitarrista y su atormentada guitarra, el bailaor de perfil desdeñoso, sobre un fondo de carteles de toros y arena de la playa.

Con prólogo y notas de Alfredo Taján y traducción de Antonio Álvarez, acaba de publicarlo la Editorial Confluencias en coedición con el Instituto Municipal del Libro del Ayuntamiento de Málaga.

Abundantemente ilustrado con fotografías y dibujos que resumen el universo estético de Cocteau, El cordón umbilical es, en palabras de Alfredo Taján, el diario agónico de un artista poliédrico que habla de literatura y cine, de música y teatro, de boxeo y creatividad en un libro que dibuja el semblante sufriente de un poeta trágico cuyo arte poliédrico está conectado con la misma esencia.