L. C. contempla el crepúsculo
L. C. CONTEMPLA EL CREPÚSCULO
Y en un molino de nieve
levanto una nevería.
(Luis Cernuda)
Mi memoria de nieve. Sansueña y el olvido
doloroso, la espina
en esta luz opaca,
en esta desolada quimera del farero.
Yo miro aquí, acodado
sobre un balcón de escarcha, la tarde de la piedra:
sus cristales con fuego y nombres de muchachos
alegres e inconscientes. Su moreno desnudo,
la pirámide lúbrica de sus muslos de arena ,
el ruiseñor que vuela sobre sus cuerpos jóvenes.
Sobre este soliloquio desciende la pereza
de un tiempo sin transcurso que el viento helado orea
en la cintura exacta del planeta.
Y veo llegar la muerte
por esta leve orilla de hielo y primavera,
por esta cercanía austral de la serpiente,
en la cansada altura de los montes
por donde va ganando,
con su torpe guadaña, las provincias del frío.
(De Las provincias del frío. Algaida. Sevilla, 2006)
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