03 abril 2015

Un fulgor va aquietándose



      Todavía algún dios secretamente podría deslizarse

      dentro de esta figura y no sería menor.

      Unas veces reposa, otras camina, como la luz del día,

      y la sombra de nubes lo atraviesa:

      se diría que el espacio

      estuviera pensando lentamente ideas para él.

      Haced de él quien queráis.

      Como la vacilante luz nocturna

      adentro del visillo de la lámpara,

      yo reparo mi ser en su interior.

      Un fulgor va aquietándose.

      Hallaría así la muerte

      menos confusamente su camino.

Rilke. Trilogía española. Traducción de Juan Andrés García Román en Poemas a la noche. DVD