El buque fantasma
Hablando con Eckermann, Goethe había apuntado la idea de Weltliteratur: la
«literatura universal» como consecuencia inevitable de todo lo que se escribía.
«La literatura nacional ya no significa gran cosa, entramos en la época de la
literatura universal y cada uno debe contribuir a precipitar la llegada de esa
época».
Así advino la época no solo de la literatura sino de la hibridación
universal. Un día Borges agregaría, con su entera obra, una glosa: todo puede
ser considerado literatura. Este es hoy el buque fantasma que transporta todas
las posibles combinaciones de formas y las acoge sobre un fondo neutro,
ecuánime, que no es una pantalla sino una mente hipotética. Acaso uno de los
raros privilegios de nuestro tiempo sea que este hecho, de por sí inaudito, sea
penetrado por la sensibilidad general, sin encontrar obstáculos. La literatura,
ahora, o bien no es percibida en absoluto (es lo más habitual) o bien
difícilmente consigue distinguirse de todo lo demás.
Roberto Calasso.
La marca del editor.
Traducción de Edgardo Dobry.
Anagrama. Barcelona, 2014.
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