03 diciembre 2015

Sánchez Ferlosio. Altos Estudios Eclesiásticos



"Tras escribir El Jarama —entre octubre de 1954 y marzo de 1955—, agarré la Teoría del lenguaje, de Karl Bühler, y me sumergí en la gramática y en la anfetamina. Cuando un clérigo da lugar a algún escándalo, la discretísima Iglesia católica, experta en tales trances, lo retira rápidamente de la circulación, y al que pregunta por él, tras haber advertido su ausencia, se le contesta indefectiblemente: «Oh, el padre Ramoneda se ha recogido para dedicarse a altos estudios eclesiásticos»; a mí no me hizo falta ningún obispo que me retirase, sino que me bastó con el inmenso genio de Karl Bühler y la irresistible sugestión teórica y expositiva de su obra —y quizá algo de horror o repugnancia por el grotesco papelón del literato que, tras el éxito de El Jarama, se cernía como un cuervo sobre mi cabeza— para retirarme de la circulación y consagrarme a «altos (o bajos) estudios gramaticales» durante quince años." 
Esas líneas, de "La forja de un plumífero", un escrito autobiográfico que Sánchez Ferlosio publicó en 1998, explican el título -Altos Estudios Eclesiásticos- del primer tomo de sus Ensayos reunidos que hoy llega a las librerías, publicado por Debate con edición de Ignacio Echevarría.
Gramática. Narración. Diversiones es el subtítulo al que se acoge este volumen -primero de los cuatro que irán recogiendo la amplia obra ensayística de Sánchez Ferlosio- que contiene sus ensayos más relacionados con la gramática y la narratología: Las semanas del jardín, «Guapo» y sus isótopos, las Glosas castellanas o la traducción y notas de Memoria e informe sobre Víctor de l'Aveyron, de Jean Itard.
Una preocupación que no puede desvincularse de su labor creativa, porque -como explica Ignacio Echevarría- "los textos reunidos en el primer bloque de este volumen, así como en el anexo, son el más palpable testimonio de esa búsqueda, de ese empeño por ir «ensayando y errando» una lengua capaz de decir cosas nuevas de una manera nueva."