07 marzo 2016

La forma de su huida


Con razón se dice que la felicidad se nos escapa como una sombra, y es cierto que la dicha imaginada no la poseemos jamás. La dicha de hacer no es nunca imaginada ni imaginable; solo es sustancial, y no podemos formarnos su imagen. Y como saben los escritores, no hay tema bueno; es más, diría incluso que hay que desconfiar del tema bueno, pero abordarlo de inmediato a fin de reducir al fantasma, que es dejar a un lado la esperanza y cobrar fe. Deshacer para rehacer, que es indudablemente el modo de poder comprender las asombrosas diferencias que hay siempre entre la novela y la aventura verdadera que la ha inspirado. Pintor, no te distraigas con la sonrisa de la modelo.

Fechada el 29 de noviembre de 1922, esa es una de las reflexiones de Alain, seudónimo del ensayista francés Émile-Auguste Chartier (1868-1951) que aparecen en Sobre la felicidad, el volumen que publica Hermida Editores en su colección El Jardín de Epicuro con traducción de Dolores Sánchez de Aleu.

Profesor de instituto, filósofo positivista y divulgador, Alain utilizó el molde del propos, artículos breves que se difundieron en los periódicos y la radio, para exponer una filosofía vital que debe tanto a Platón como a Comte.

En 1925 agrupó en un volumen  (Propos sur le bonheur) una serie de reflexiones sobre el arte de ser feliz que todavía hoy se siguen utilizando en algunos lycées franceses y cuya versión española llega hoy a las librerías.