El barco y el ancla
La forma poética es, a la vez, el
barco y el ancla. Significa lo pleno y lo estable, permitiendo una satisfacción
simultánea de todo aquello que es centrífugo y centrípeto en la mente y en el
cuerpo. Y por estos medios, la obra de Yeats cumple con lo que la poesía
necesaria siempre realiza, desciende al fondo de nuestra compasiva naturaleza,
sin desconocer lo despiadado que es el universo al que constantemente ella
misma está expuesta. La forma del poema en otras palabras, es crucial, pues sin
ella, no se logra el efecto que siempre es y será el mérito de la poesía:
persuadir a esa parte vulnerable de nuestra conciencia de su rectitud, a pesar
de la evidencia del espacio errático que la rodea; recordarnos que somos
cazadores y recolectores de valores; que nuestras soledades y angustias deben
ser respetadas, pues también ellas representan una confirmación de nuestra
existencia como seres humanos.
Seamus Heaney.
En honor de la poesía.
Traducción de Fernando
Aristizábal.
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