29 agosto 2016

El día que dejé de leer El País


Después de cuarenta años de lectura diaria del que fuera en tiempos diario independiente de la mañana, hoy hago mío el título del libro de Jorge Riechmann.
Lo hago después de leer Un acuerdo suficiente, el  vomitivo editorial que publica hoy para pedir que el PSOE avale con su abstención la investidura de Rajoy. 
Un editorial insoportablemente cínico que culmina una larga y calculada secuencia de presiones dosificadas en forma de editoriales, encuestas inventadas e interesadas columnas de opinión en el mismo sentido.
Ni una palabra sobre la LOMCE, la reforma laboral, la ley mordaza, la corrupción sistémica del PP, la policía política de Fernández Díaz, los chantajes de Montoro, la doble moral de las ruedas de prensa de Soraya Sáenz de Santamaría... 
Todo perdonado, todo indultado con un indulgente ego te absolvo que blanquea con una cortina de niebla sin memoria las políticas vigentes en una apelación a la responsabilidad que no recuerdo en trance semejante en la investidura de Pedro Sánchez.
¿Que ha cambiado el jefe de opinión del diario? Será eso. El caso es que, desde hoy, El mundo, ABC o La razón tienen una cabecera más que les disputa su espacio digamos ideológico.
Eso sí, El País debería regalar hoy a sus lectores, junto con ese insufrible editorial, una bolsita para el vómito, como las que daban algunas líneas de autobuses a sus viajeros.