El día que dejé de leer El País
Después de cuarenta años de lectura diaria del que fuera en
tiempos diario independiente de la mañana, hoy hago mío el título del libro de Jorge
Riechmann.
Lo hago después de leer Un acuerdo suficiente, el vomitivo editorial que publica hoy para pedir que el PSOE avale con su abstención la investidura de Rajoy.
Lo hago después de leer Un acuerdo suficiente, el vomitivo editorial que publica hoy para pedir que el PSOE avale con su abstención la investidura de Rajoy.
Un editorial insoportablemente cínico que culmina una
larga y calculada secuencia de presiones dosificadas en forma de editoriales, encuestas
inventadas e interesadas columnas de opinión en el mismo sentido.
Ni una palabra sobre la LOMCE, la reforma laboral, la ley mordaza, la corrupción sistémica del PP, la policía política de
Fernández Díaz, los chantajes de Montoro, la doble moral de las ruedas de prensa de Soraya Sáenz de
Santamaría...
Todo perdonado, todo indultado con un indulgente ego te absolvo que blanquea con una cortina de niebla
sin memoria las políticas vigentes en una apelación a la responsabilidad que no
recuerdo en trance semejante en la investidura de Pedro Sánchez.
¿Que ha cambiado el jefe
de opinión del diario? Será eso. El caso es que, desde hoy, El mundo, ABC o La razón tienen una cabecera más que les disputa su espacio digamos ideológico.
Eso sí, El País debería regalar hoy a sus lectores, junto
con ese insufrible editorial, una bolsita para el vómito, como las que daban algunas líneas de autobuses a sus viajeros.
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