Saint-John Perse. La ciencia poética
Varios astrónomos han enloquecido ante la
teoría de un universo en expansión; pero no hay menos expansión en el infinito
moral del hombre: ese universo. Por muy lejos que la ciencia logre retroceder
sus linderos, en toda la extensión de su horizonte, se seguirá escuchando
correr la jauría cazadora del poeta.
Pues si como se ha dicho, la
poesía no es lo real absoluto, ella es la codicia más próxima y el más cercano
vínculo, en ese límite extremo y cómplice en que lo real en el poema parece
hablarse a sí mismo.
Por el pensamiento analógico y
simbólico, por la iluminación distante de la imagen que intercede y por el
juego de sus correspondencias, en miles de cadenas de reacciones y raras
asociaciones, gracias finalmente a un lenguaje que transmite la cadencia misma
del ser, el poeta asume una superrealidad diferente a la científica. ¿Puede
entonces existir en el hombre una dialéctica más sobrecogedora y
comprometedora?
Cuando los filósofos abandonan su
ámbito metafísico, acude el poeta para relevar lo metafísico, y es entonces la
poesía, no la filosofía, la que se descubre como la verdadera hija del asombro,
según la denominación del antiguo filósofo para quien la poesía está investida
de sospecha.
Mucho más que forma de
conocimiento, la poesía es, en primera instancia, un modo de vida, de vida
total. El poeta existía en el hombre de las cavernas y también existirá en el
hombre de las edades atómicas: pues es parte irreductible de lo humano. Las
religiones han nacido de la exigencia poética, que coincide con el rigor
espiritual, y por esa gracia poética la chispa de la divinidad vive para
siempre en el sílex humano.
Cuando las mitologías se
desvanecen, lo sagrado encuentra en la poesía su refugio; y quizá su relevo. Y
tanto en lo social como en lo inmediato humano, cuando aquellas que conducen el
pan en el cortejo legendario son reemplazadas por las portadoras de antorchas,
dentro de la imaginación poética se ilumina la más alta pasión de los pueblos
que persiguen la claridad.
/.../
Poeta es aquel que rompe, para
nosotros, la costumbre.
Saint-John Perse.
La ciencia poética.
Traducción de Esperanza
Vallejo Osorio.
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