06 agosto 2016

Saint-John Perse. La ciencia poética



Varios astrónomos han enloquecido ante la teoría de un universo en expansión; pero no hay menos expansión en el infinito moral del hombre: ese universo. Por muy lejos que la ciencia logre retroceder sus linderos, en toda la extensión de su horizonte, se seguirá escuchando correr la jauría cazadora del poeta.
Pues si como se ha dicho, la poesía no es lo real absoluto, ella es la codicia más próxima y el más cercano vínculo, en ese límite extremo y cómplice en que lo real en el poema parece hablarse a sí mismo.
Por el pensamiento analógico y simbólico, por la iluminación distante de la imagen que intercede y por el juego de sus correspondencias, en miles de cadenas de reacciones y raras asociaciones, gracias finalmente a un lenguaje que transmite la cadencia misma del ser, el poeta asume una superrealidad diferente a la científica. ¿Puede entonces existir en el hombre una dialéctica más sobrecogedora y comprometedora?
Cuando los filósofos abandonan su ámbito metafísico, acude el poeta para relevar lo metafísico, y es entonces la poesía, no la filosofía, la que se descubre como la verdadera hija del asombro, según la denominación del antiguo filósofo para quien la poesía está investida de sospecha.
Mucho más que forma de conocimiento, la poesía es, en primera instancia, un modo de vida, de vida total. El poeta existía en el hombre de las cavernas y también existirá en el hombre de las edades atómicas: pues es parte irreductible de lo humano. Las religiones han nacido de la exigencia poética, que coincide con el rigor espiritual, y por esa gracia poética la chispa de la divinidad vive para siempre en el sílex humano.
Cuando las mitologías se desvanecen, lo sagrado encuentra en la poesía su refugio; y quizá su relevo. Y tanto en lo social como en lo inmediato humano, cuando aquellas que conducen el pan en el cortejo legendario son reemplazadas por las portadoras de antorchas, dentro de la imaginación poética se ilumina la más alta pasión de los pueblos que persiguen la claridad.
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Poeta es aquel que rompe, para nosotros, la costumbre.

Saint-John Perse.
La ciencia poética.
Traducción de Esperanza Vallejo Osorio.