24 septiembre 2016

Por la calle del aire


 



En la calle del aire la bajamar del tiempo
  desemboca en el túnel ingrávido del sueño.

Hace unos meses, en febrero o marzo, el equipo de Boa Mistura me explicaba un proyecto que estaba dando sus primeros pasos y me pedía autorización para llevar a cabo una intervención artística con los versos que cierran mi poema Por la calle del aire, integrado luego en Las sílabas del tiempo, un libro que obtuvo el Premio Barcarola.

Un poema escrito en el verano de 2006 con el tono, el ritmo y la estructura de una canción para que Pablo Guerrero abriera con ella su disco Luz de Tierra, que se publicó casi a la vez que el libro del que forma parte el texto.

Esos dos versos que cerraban el texto sirven hoy para abrir no sólo el ciclo de instalaciones Laberintos Líricos que lleva a cabo Boa Mistura en las Ciudades Patrimonio. Abrirán también el poema colectivo que se irá construyendo en todo este proceso con dos versos de cada autor, de cada ciudad. Hay por cierto en este proyecto otros dos versos, los correspondientes a Úbeda, de otra canción, una de Sabina, Ruido.

Hay varias ciudades que tienen una calle del aire: la más famosa está en Sevilla, porque en ella vivió Luis Cernuda, pero hay otra en Cádiz, otra en Granada, otra en Zamora...

Hoy también Cáceres, aunque sólo por unos días, de la mano de Boa Mistura, tiene su peculiar calle del aire en una nueva demostración de que a veces la vida imita a la poesía