13 octubre 2016

Abrumado, agradecido


Así como hay veces en que se confirma el viejo temor de que las desgracias nunca vienen solas, hay tardes imprevisibles, lluviosas y otoñales como la de ayer, en las que parecen alinearse todos los astros favorables. 
La de ayer fue una de esas ocasiones excepcionales en las que las buenas noticias se enredan, sucesivas como racimos de cerezas del asombro. 
Sé que no debo dar detalles más concretos, porque la discreción es fundamental en estas cuestiones, por ahora solo las enumero: 
Me confirman la inminente traducción al portugués de uno de mis libros y al poco rato me recuerdan que tenemos pendiente la grabación de un programa de radio de una hora de duración. Recuerdo ahora que está pendiente de emisión otra entrevista de cerca de una hora que me hicieron para un espacio literario a principios del verano.
Me anuncian, además, que está en marcha "un proyecto de concierto solo para tu poesía, no sabemos aún si aquí en Alcalá, Madrid o Extremadura." 
Ya bien entrada la noche, una videollamada para invitarme a un ciclo de lecturas en Italia como parte de una estupenda propuesta literaria y para incluirme en una muestra antológica de poesía española e hispanoamericana traducida al italiano. 
Y finalmente, una proposición para llevar a cabo adaptaciones musicales de algunos de mis poemas que habrá que ir concretando.
Todo esto tendrá luego un recorrido y se irá perfilando en semanas y en meses, porque la mayoría son proyectos de largo aliento en los que no cabe la improvisación. Lo asombroso, lo felizmente asombroso, es esa acumulación en pocas horas de tantas buenas noticias.

Lo dicho, abrumado. Y, sobre todo, agradecido.