15 octubre 2016

Zapatos para pisar la lluvia



Entre un hombre y la sombra que traza de sí mismo / caben la perfección y el desmoronamiento, escribe Teresa Guzmán Carmona en los dos magníficos versos con los que cierra su Líneas precisas, uno de los poemas de Zapatos para pisar la lluvia, que publica La Isla de Siltolá en su colección Tierra.

Por sus versos intimistas y urbanos, que confirman a su autora como una de las voces más consolidadas de la poesía que se escribe hoy en Extremadura, transcurren el tiempo y duelen las ausencias hasta que la carne del dolor se hace palabra serena o estatua cincelada por la soledad.

Escrito con ambición verbal y con una voluntad creativa que hace que su lenguaje vaya mucho más allá de la melopea arrítmica y conversacional a la que algunos han rebajado a la poesía, este es un libro que mira la vida de frente, un libro turbio y nada complaciente en el que la voz poética ajusta cuentas con un mundo opaco -desierto de sal o espejismo de la costumbre- y consigo misma, cuando detenida aquí, la belleza carece de importancia.

Un libro en el que llueve el desconsuelo sobre la ciudad de la derrota y circulan los trenes en trayectos de ida y vuelta y el tiempo se detiene sobre la intemperie frágil de la vida antes de dejar paso a la esperanza final en "Zapatos para pisar la lluvia", el breve poema que cierra el libro y le da título:

Mañana estrenaré zapatos para pisar la lluvia.
No podrás verlos, pero quizás hagan 
el camino a tu casa como a un lugar de refugio.