10 noviembre 2016

En una nauseabunda incertidumbre



Lo que aquí llamo payaso bobo es alguien que busca la atención y el entretenimiento de un auditorio sin llegar a comprender del todo la imagen que tiene de él su público. Sin embargo, ¿no parece evidente que Trump es imbécil, aunque sea sólo por burlarse de un periodista discapacitado, por tildar de «violadores» a los inmigrantes mexicanos ilegales o por sus comentarios descaradamente sexistas sobre la mujer («cabecita hueca», «tenía sangre en la mirada, tenía sangre... donde sea», «gorda cochina»)? Podría pertenecer, por supuesto, a las dos categorías, la de payaso y la de imbécil, y, de hecho, esta mezcla de tipos de personalidad explica —en mayor medi­da de lo que fui capaz de apreciar en el momento de escribir aquellas líneas— su imponente ascensión en la política estadounidense.

El comportarse como un payaso bobo constituye el estilo distintivo de la imbecilidad de Trump. Explica tanto su éxito como su conversión en un déspota que consiente la violencia. ¿Sabe dónde lo va a llevar su petulancia insaciable? ¿Es consciente por entero de los cambios irrevocables que está propiciando mientras desbarata la médula misma de la cooperación democrática? No lo creo, y tan feroz omisión, por más que se dé durante la carrera por el cargo más poderoso de la nación y del planeta, nos deja sumidos en una nauseabunda incertidumbre respecto de nuestro futuro. Esto, me atrevo a aseverar, explica tanto su contribución real como el peligro que supone para la república.
Por consiguiente, para considerar si la de tener a Trump de presidente constituye una propuesta sensata, y para arrojar cierta luz sobre el problema del capitalismo político imbécil, debemos observar nuestro interior, las bases mismas de nuestro contrato social, la naturaleza del orden y la autoridad que se dan en una democracia, y los medios que tenemos a nuestro alcance —si es que los hay— si queremos salvar nuestra unión.

Aaron James.
Trump.
Ensayo sobre la imbecilidad.
Traducción de David León Gómez.
Malpaso. Barcelona, 2016..