21 abril 2017

Juan Ramón inédito


¡Ruido que derrumbas mis castillos de ensueño,
maldito tú, enemigo del silencio! 

¡Oh, silencio! ¿por dónde has puesto tus reales?
Dile a mis alas que me lleven a tus parques...

Sin nadie, con la vaga visión del universo
plantaré rosas entre ruinas, ¡silencio! 

La brisa solamente murmura a mi oído 
palabras sin sonido, cantares infinitos...

¡Oh, vivir siempre en paz, sin otra compañía 
que la frescura y la armonía de la brisa!

¡Oh, silencio, silencio! hermano del ensueño,
príncipe blanco y oro, cargado de recuerdos!

Esa 'Dedicatoria al silencio' abre El silencio de oro, de Juan Ramón Jiménez, en la edición crítica de José Antonio Expósito para Linteo Poesía.
Un cuidado volumen que ofrece por primera vez en su integridad ese libro, con treinta y seis poemas inéditos de los ochenta y tres que forman este volumen articulado en tres partes que Juan Ramón escribió en Moguer entre 1911 y 1912.
Bajo la sinestesia de ese título, que viene de San Agustín, se agrupan unos poemas que reflejan el caminar de Juan Ramón hacia la poesía pura de su segunda época, un largo proceso de depuración del modernismo inicial del que se fue desnudando su poesía, cada vez más desprovista de adjetivos, cada vez más leve, como esa suave rima que atraviesa estos versos.