Robert Frost. Poesía completa
Seguramente esto lo diré entre suspiros
en algún momento dentro de años y años:
dos caminos se abrían en un bosque, elegí …
elegí el menos transitado de ambos,
y eso supuso toda
diferencia.
Así termina El camino no elegido, seguramente el más famoso poema de
Robert Frost (1874-1963), uno de los padres de la poesía norteamericana del
siglo XX, al que Brodsky le dedicó páginas memorables en Del dolor y la razón y
de quien Harold Bloom dijo que “cuando está en forma, lo que es frecuente,
rivaliza con Wallace Stevens por el puesto de gran poeta americano” del siglo
pasado.
Linteo Poesía acaba de publicar un voluminoso tomo que
recoge su Poesía completa en edición
bilingüe, con traducción, introducción y notas de Andrés Catalán, que destaca
que Directriz es “uno de sus mejores poemas, una verdadera obra maestra /…/ que
puede usarse como mapa para la lectura de todos los poemas de Frost.”
Termina con estos versos admirables:
Es a la vez tu destinación y tu destino
un riachuelo que fue el agua corriente de la casa,
frío como un manantial aún cerca de su fuente,
demasiado elevado y reciente para embravecerse.
(Sabemos de las corrientes del valle que al excitarse
dejan sus harapos colgando de espinas y de púas).
He mantenido oculto bajo el arco del pie
de un viejo cedro junto a la orilla del río
un viejo cáliz quebrado parecido al Grial
bajo un hechizo para que no lo halle quien no debe,
y así no encuentre salvación, como dice San Marcos.
(El cáliz lo robé de la casa de juegos de los niños).
Aquí tienes tus aguas y aquí tu abrevadero.
Bebe y vuelve a estar completo, libre de confusión.
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