22 enero 2018

John Cheever en Literatura Random House


Estos relatos se remontan a mi honorable licenciamiento del ejército, al final de la segunda guerra mundial. Están en orden cronológico, si no me falla la memoria, y los textos más embarazosamente inmaduros han sido eliminados. A veces parecen historias de un mundo hace tiempo perdido, cuando la ciudad de Nueva York aún estaba impregnada de una luz ribereña, cuando se oían los cuartetos de Benny Goodman en la radio de la papelería de la esquina y cuando casi todos llevaban sombrero. Aquí está el último de aquella generación de fumadores empedernidos que por la mañana despertaban al mundo con sus accesos de tos, que se ponían ciegos en las fiestas e interpretaban obsoletos pasos de baile, como el Cleveland chicken, que viajaban a Europa en barco, que sentían auténtica nostalgia del amor y la felicidad, y cuyos dioses eran tan antiguos como los míos o los suyos, quienquiera que sea usted. Las constantes que busco en esta parafernalia a ratos anticuada son cierto amor a la luz y cierta determinación de trazar alguna cadena moral del ser. Calvino no desempeñó ningún papel en mi educación religiosa, pero su presencia parecía habitar en los graneros de mi juventud, y quizá me dejó cierta indebida amargura, escribe John Cheever (1912-1982) en el Prefacio del volumen de Cuentos que publica Literatura Random House con traducciones de José Luis López Muñoz y Jaime Zulaika y un epílogo en el que Rodrigo Fresán los define como "cuentos escritos por un dios. Un dios en calzoncillos, sí; pero convencido de que 'la literatura puede salvar al planeta.' Un dios que gozaba expulsando a sus criaturas del Edén."
Casi treinta años de escritura reunidos en esta edición que seleccionó el propio Cheever en 1978 con unos sesenta cuentos que resumen el mundo narrativo de uno de los maestros estadounidenses del género. La intensidad y la precisión son las señas de identidad de los relatos de este autor imprescindible.