26 junio 2018

Muñoz Rojas. Verano



Gusto imaginarme al dios del verano, coronado de espigas, cercado de estos instrumentos. Las tardes se alargan por el cielo y entregan el campo crujiente a la noche. El grillo recibe el canto de la cigarra y nunca se interrumpe el hilo de la continuada armonía. Vamos por el rastrojo y cruje. La sierra se avioleta y con el sol último incendia su perfil. Las cosas van recobrando su contorno a esta luz que no ciega. Ahora se puede salir al campo, tumbarse en la era, encararse con las estrellas, escuchar el corazón del mundo. Ahora suena el agua en la reguera, la copla en la realenga, los pasos de las bestias en el careo. 
El insecto entra en su reino. Inesperadamente, en los alamillos del soto, un pájaro. Silencio. Silencio que se hace grande, sobre el campo. Y Dios está arriba rodando, haciendo su música. 
Vamos viviendo.

José A. Muñoz Rojas. 
Las cosas del campo.
Pre-Textos. Valencia, 1999l