La invención del pasado
Decimos querer preservar «lo auténtico», pero esa aspiración
está siempre en conflicto con nuestro afán por transformarlo para que se adapte
mejor a nuestros deseos. Pensemos en la catedral de Barcelona, con su engañoso
aspecto gótico. Los prospectos turísticos nos informan de que se construyó
entre el siglo XIII y el XIV, sobre la antigua catedral románica, lo cual es
cierto. Lo que no se subraya lo suficiente es que su fachada y sus torres
quedaron sin completar, y que no fue hasta el siglo XIX, cuando la burguesía
barcelonesa sintió la necesidad de un templo a la altura de una gran capital
europea, que se remedió esta carencia. El resultado es que tanto su fachada
como sus torres son una creación completamente nueva, del siglo XX,
directamente copiadas de modelos franceses (que irónicamente eran también
reconstrucciones a veces no muy rigurosas). Sin embargo, imitan con tanto
aplomo el estilo medieval, o mejor dicho la idea que todos tenemos de lo
medieval, que suscitan la fantasía de que ese era su aspecto en el pasado. Los
arquitectos llaman a esto «falso histórico», pero poca gente es consciente de
que lo que está contemplando es un pastiche. Muchos otros lo saben, pero su
«deseo de creer» hace que sea posible la «ilusión de verdad».
¿Y qué decir del Barrio Gótico, que rodea esa catedral? Ahí
nos adentramos todavía más en la ceremonia de la fantasía histórica. Las frases
ambiguas de las guías permiten hacerse la ilusión de que estamos ante una
reconstrucción de algo que existía previamente, cuando la realidad es que el
Barrio Gótico se creó de la nada en las décadas centrales del siglo XX,
siguiendo criterios imaginarios teorizados a partir de la arquitectura medieval
italiana. El nombre mismo de «Barrio Gótico» solo se generalizó en la década de
1950. La capacidad de sugestión del edificio histórico, sin embargo, es tal que
incluso cuando los obreros todavía estaban trabajando los diarios barceloneses
se referían ya a uno de sus edificios como «las antiguas edificaciones de la
calle del Obispo».
Miguel-Anxo Murado.
La invención del pasado.
Debate. Barcelona,
2013
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