22 octubre 2018

Ensayos completos de Poe


Yo definiría la poesía, en resumen, como la creación rítmica de la belleza. Su único árbitro es el gusto. Con el intelecto o con la conciencia, solo tiene relaciones colaterales. A menos que, dicho sea de paso, no tenga nada que ver con el deber o con la verdad. 
Unas palabras, sin embargo, a modo de explicación. Ese placer que es a la vez el más puro, el más sublime y el más elevado, deriva, sostengo, de la contemplación de la belleza. Solo en la contemplación de la belleza nos es posible alcanzar esa placentera elevación o emoción del alma, que reconocemos como el sentimiento poético y que tan fácil se distingue de la verdad, que es la satisfacción de la razón; o de la pasión, que es la emoción del corazón. Yo hago de la belleza, por tanto -usando la palabra de modo que esta incluya lo sublime- hago de la belleza el ámbito del poema, escribía Edgar Allan Poe en El principio poético, un texto que se publicó en octubre de 1850.
Es uno de los cuatro ensayos sobre poesía que se incluyen en el volumen primero de los Ensayos completos de Poe, que publica Páginas de Espuma con traducción de Antonio Rivero Taravillo y prólogo de Fernando Iwasaki. 
Diez años después de la memorable edición comentada de los Cuentos completos de Poe en Páginas de Espuma, la misma editorial acomete el proyecto de editar por primera vez en español sus ensayos completos en tres volúmenes que se irán publicando entre este año y 2020.
Este primer volumen va precedido de dos prólogos: uno –‘La solemne indiferencia hacia el insulto’- de Fernando Iwasaki, que ha ordenado además cronológicamente las reseñas para ponerlas en paralelo en un cuadro con la obra de creación de Poe y otro –‘Poe, ensayista’- en el que su traductor, Antonio Rivero Taravillo, tras destacar que “asombra el conocimiento enciclopédico de Poe, sus vastas lecturas, sus afilados juicios”, resume el plan editorial:
“Esta edición constará de tres volúmenes. El primero incluye los textos sobre teoría poética, las reseñas de autores británicos y continentales y algunos otros escritos misceláneos, entre los que se cuentan sabrosas páginas sobre el papel de la crítica y su deontología. Quedan, pues, para los dos tomos siguientes las reseñas de autores americanos y los escritos sobre aquella literatura, más semblanzas de muchos escritores de su época y algunos textos más, entre los cuales se hallan aforismos y escolios.” El conjunto -añade el traductor- será “la panorámica más exhaustiva de la prosa crítica y ensayística de Poe, un escritor al que conviene como a pocos el calificativo de genio.”

Ensayos, reseñas y reflexiones que Poe elaboró con conciencia creativa y con un  análisis riguroso del método y los mecanismos poéticos, lo que desmiente la imagen irracionalista de un Poe que defiende en estos escritos la idea de la poesía como efecto, del poema como objeto rítmico que se trabaja como una partitura y se proyecta en la magia musical del ritmo enumerativo y de la concatenación.
En estos ensayos de teoría poética se origina una cadena crítica que tuvo una decisiva influencia -más por la teoría que por la práctica- en la genealogía de la poesía contemporánea, que arranca de una corriente simbolista que tuvo en Poe su profeta y que está en la raíz de la teoría y la práctica poética de Baudelaire, Mallarmé y Valéry.
“En cada línea de estos ensayos de Edgar Allan Poe -afirma Fernando Iwasaki en su prólogo- arde una pasión enfermiza por leer y escribir como si no existiera un mañana. Este volumen atesora las reseñas peor pagadas de la historia de la crítica literaria, pero Poe se las arregló para convertir la calderilla en oro.”