07 noviembre 2018

Anatomía del procés



Para que exista un derecho a decidir colectivo ha de existir una norma que habilite al grupo que pretende decidir para realizar tal decisión. De no existir esta habilitación normativa para el ejercicio de la decisión, el derecho no existirá. Y esto es precisamente lo que sucede con la secesión de Cataluña: ninguna norma, ni interna ni internacional, habilita al conjunto de residentes en el territorio de una comunidad autónoma a crear un Estado al margen de España. Los nacionalistas eludieron esta presentación rigurosa del derecho a decidir y dieron por sentado que el conjunto de los catalanes gozaban de él, pero sin justificar la norma que lo atribuía. En vez de ello se pretendió retóricamente que la existencia de una nación catalana milenaria e independiente hasta 1714 justificaba la pretensión de la secesión. Así, la historia se convertía en el eje de la reivindicación nacionalista, en el punto de apoyo de cualquier otro elemento argumentativo. 
Esto explica que la presentación de la historia de Cataluña por parte de los nacionalistas esté plagada de tergiversaciones, cuando no de puras mentiras. De acuerdo con su relato, Cataluña habría nacido como nación hace más de mil años. En el siglo XI se habría unido a Aragón para crear la inexistente Corona Catalano-Aragonesa, en la que Cataluña mantuvo sus instituciones propias hasta 1714, cuando, como consecuencia de una derrota militar ante las tropas españolas y francesas, fue ocupada militarmente, sometida, despojada de su idioma y amenazada por un intento de asimilación de Castilla que fracasó gracias a la tenacidad del pueblo catalán, que ya en el siglo XX, intentó en varias ocasiones recuperar la independencia perdida. La existencia de esta nación catalana milenaria justificaría que en la actualidad pudiera decidir su futuro con total libertad, incluyendo la posible creación de un Estado independiente. 
El problema para los nacionalistas es que, por una parte, este relato histórico es una mera fabulación, y, por otra, que aunque fuera verdad, no justificaría jurídicamente el derecho a la autodeterminación de Cataluña con el objetivo de crear un Estado independiente, tal como veremos más adelante.

Rafael Arenas García. 
El procés, un intento de secesión de hecho.
En el volumen colectivo Anatomía del procés. 
Debate. Madrid, 2018