08 noviembre 2018

Vicente Verdú. La muerte, el amor y la menta


Con extraña rapidez 
los años pasaron 
sobre mi propia historia. 
Y no pude detener 
esa nueva luz tumoral 
que me estaba invadiendo. 
Luz despiadada 
que llegaba escondida 
en una oleada salobre. 
Y su resplandor 
velaba el pensamiento 
o la defensiva creatividad.

Esos versos forman parte de uno de los poemas centrales de La muerte, el amor y la menta, de Vicente Verdú que publica Bartleby Editores.

Es uno de los nueve poemas dedicados a la muerte que contiene el libro de un autor seriamente herido por la enfermedad y por la conciencia del acabamiento, porque 

Fue tal su potencia, 
agigantada a cada paso, 
que terminó engullendo 
cualquier rincón de mi edad. 
Y la vida de mis pertenencias. 
Enseres y convicciones 
que habían creado 
sueños muy engreídos 
y que no fueron sino detritus 
entre aquella avalancha 
de células decididas a vencer. 

Células que los sabios conocían 
como una generalidad ambiental. 
Un fenómeno natural.

Es este un libro desgarrado desde el punto de vista existencial y expresivo, un libro casi póstumo escrito entre la celebración y el arrepentimiento, la interrogación y la elegía, entre el recuerdo del amor y la certeza de la muerte próxima. 
Balance y memoria de lo vivido, diálogo entre el amor y la muerte, entre el entonces del pasado, el quizá del futuro y el aún del presente, en unos versos marcados por la lucidez de una mirada casi póstuma, porque 
Uno piensa mejor 
cuando está solo ante la muerte.