04 enero 2019

Los tontos y las tontas


De los afanes feministas han salido muchas cosas buenas y algunas lamentables. El acceso al voto, a las profesiones y el poder han sido avances de verdad. Pero que una directora se haga llamar la director o el director no es un avance. La lengua admite innovaciones, pero no arbitrariedades. Permite decir el presidente, la presidente y la presidenta; el juez, la juez y la jueza; pero no el presidenta, ni el jueza, ni la director. Tampoco el director, si es directora. 
Donde se acostumbra la juez, hay quienes exigen la jueza, para marcar el género en el sustantivo. Donde se acostumbra la jueza, hay quienes exigen la juez, para subrayar que el cargo no tiene género. Ambas formas son válidas, y exigir el cambio de una por otra parece mera ostentación de militancia. 
También es válido decir “los ciudadanos y las ciudadanas”, como decía el presidente Vicente Fox; innecesariamente, porque “los ciudadanos” incluye a las ciudadanas. Hubo algo semejante en la “Ley de las y los jóvenes” que promulgó el Gobierno del Distrito Federal (30 de mayo de 2000). Redundancias interesadas: los políticos se adornan subrayando lo que conceden. Nunca dirán “los tontos y las tontas". 
Gabriel Zaid. 
Mil palabras. 
Debate. Barcelona, 2018