18 enero 2019

Manuel Neto. Terca marea



"Manuel Neto, poeta de luz, que, como Juan Ramón Jiménez, tiene ansias de totalidad, aspira a ser él mismo poema, no poeta, pues quiere fusionarse con su canto, ser voz y melodía, en un vuelo que es fuga y a la vez celebración de la vida", escribe Pedro Sánchez Sanz en la presentación de su edición bilingüe Teimosa maré / Terca marea, de Manuel Neto dos Santos que publica Chamán Ediciones.
Escrito en un mes, entre el 8 de febrero y el 8 de marzo de 2016, resuenan en él versos de varios poetas de la tradición hispánica, abundantes versos tomados en préstamo, del gongorino La dulce boca que a gustar convida al Neruda de la Canción desesperada (Emerge tu recuerdo en la noche).
Entre la traducción literal al portugués, la paráfrasis o el homenaje, dos ejemplos: el Miguel Hernández de la Elegía a Ramón Sijé, reescrito así: 
Compañero del alma, tan temprano, ando sobre mis propios rastrojos. Voy de mi corazón a mis asuntos, como dentelladas secas y calientes para que la sombra de mis cejas me regale esa visión de un prado inmenso, sangrando un mar de rojas amapolas.
O este otro texto en el que se convocan versos de Cernuda y de Santa Teresa: 
Otra libertad no conozco sino la libertad de ser poeta, pues muero en cada verso igual que en los brazos del amor, como poesía, porque vivo sin vivir en mí y muero porque no muero cada vez que una palabra se incendia para convertir la noche en pleno día.
Lo que se echa de menos es el reconocimiento, en notas al pie o en una página final, de esas deudas que tan decisivamente contribuyen a la elaboración de poemas como esos.
Por no hablar de ese coro de sombras que me resulta tan familiar. Se agradece el homenaje.