28 marzo 2020

Pla y la gripe unánime



Ahora, finalmente, da gusto vivir en Cataluña. La unanimidad es completa. Todo el mundo está de acuerdo. Todos hemos tenido, tenemos o tendremos, indefectiblemente, la gripe, escribía Josep Pla en El cuaderno gris el 14 de marzo de 1918, en plena epidemia de la gripe española que aparecía ya en la primera frase de la obra, en la entrada inaugural del 8 de marzo: “Como hay tanta gripe, han tenido que clausurar la universidad.”

Más de siete meses después, el 22 de octubre, persistían agravados sus estragos:

La gripe continúa matando implacablemente a la gente. En estos últimos días he tenido que asistir a diversos entierros. Esto, sin duda, hace que empiece a sentir una mengua de emoción ante la muerte -que sentimientos reales y auténticos se me transformen en una especie de rutina administrativa. Nuestros sentimientos están siempre afectados por lo poco o por lo mucho -son de una movilidad indecente. Aunque sólo fuese por esta razón, convendría que este escándalo de la patología tuviese un fin- que la gripe no matase a nadie más.

Y todavía el 22 de febrero de 1919 apuntaba. en el dietario:

A última hora de la tarde, en el Lion d’Or, con Xavier Güell. En dos o tres mesas se discute acaloradamente. Los que hablan gritando discuten la situación general y las huelgas en curso. Los que hablan bajo hablan de la reactivación de la gripe. Hay una reactivación de la gripe. Güell me dice que no vale la pena preocuparse y que sólo se muere una vez. Los enamorados -Güell se ha enamorado de una señorita muy elegante, alta y delgada- son valientes.

No tardaría el mismo Pla en enfermar. El lunes 24, dos días después de esa estancia en el café, escribía:

He pasado todo el día de ayer y una parte del de hoy en la cama, con la gripe. He sudado como un caballo. Treinta y seis horas seguidas. Me levanto pálido y deshecho. Por un lado me parece que me hubiera podido morir y que me he librado por los pelos. Cuando constato que, a pesar de la fatiga, me puedo levantar, pienso que quizás ha sido una gripe benigna. En estos días han muerto mosén Clascar y el poeta Joaquim Folguera. ¡Y tanta gente! Las esquelas son numerosísimas. Pone la carne de gallina.

La última referencia a la epidemia está fechada el 13 de marzo de 1919:

Llueve. Detrás de los cristales de la peña se ven los árboles del jardín del Ateneo que gotean mojados, brillantes, a través del humo de tabaco del local —perfume delicioso de tabaco de La Habana. La tarde es dulce y el ambiente agradable. Domènec Carles explica que uno de los días más dramáticos de la última gripe —que aún colea— encontró a un amigo suyo que tiene intereses en las Pompas Fúnebres.
—Hay muchos enfermos —le dijo Carles—. Es impresionante.
—Sí, muchos enfermos, muchísimos… pero por ahora —le respondió el de las Pompas— es una gripe benigna, una gripe que no remata…