22 septiembre 2020

La visión científica de Goethe




“Trabajar con las sugerencias prácticas de Goethe me llevó a una comprensión de su enfoque científico que no sólo era más vívida que lo que podía leer en los registros académicos estándares, sino también diferente en cierto modo. Por ejemplo, al poner en práctica el método de Goethe para ver y visualizar plantas, llegué a experimentar la forma en que ello ponía al descubierto al individuo y a la multitud («el uno y los muchos»). Más adelante descubrí que empleando el mismo método podía compartir esta percepción con los estudiantes, y que así podíamos empezar a comprender de una forma radicalmente nueva el todo y las partes, el individuo y la multitud, lo universal y lo particular. No habría podido experimentar esta transformación en mi método cognitivo si me hubiera limitado a leer a Goethe de una manera intelectual. Lo que para el intelecto es sólo abstracción se convierte en una experiencia viva cuando se aplica el método goethiano de ver y visualizar. Actuar así nos permite percibir una dimensión de la naturaleza de un tipo diferente. No es una exageración afirmar que pone patas arriba nuestra forma habitual de pensar, y he intentado escribir este libro de manera que permita a los lectores experimentarlo por sí mismos”, explica Henri Bortoft en el Prefacio de La naturaleza como totalidad. La visión científica de Goethe, que publica Atalanta con traducción de Antonio Rivas.

Complemento del reciente La metamorfosis de las plantas, publicado en esta misma editorial, este volumen reúne un conjunto de ensayos escritos entre 1986 y 1996 en los que Bortoft reivindica la visión científica de Goethe, menos conocido en esta vertiente que en la literaria. 

Las plantas, la morfología animal, el color, el clima y la geología fueron objeto de de la atención del Goethe científico quien, lejos de ser un diletante, dedicó muchas horas de estudio sistemático y de observación prolongada a los fenómenos de la vida orgánica especialmente a la vegetal. 

Esa, la vida orgánica, era el límite del conocimiento para Kant, y fue uno de los objetivos del pensamiento científico goethiano, la base de su concepción de la naturaleza no como una realidad estática, sino como un proceso en continua transformación.

De ahí surgió su visión dinámica de los procesos naturales en su integridad, una visión integral  que se apoya en la experiencia sensorial de la metamorfosis y en la relación entre el todo y las partes. 
 
Así resume Bortfot esa aportación de Goethe a la historia del pensamiento científico:

En la actualidad reparamos en que la naturaleza se puede manifestar de más de una forma, sin necesidad de ponernos a discutir si una forma es más fundamental que otra. De modo que existe la posibilidad de que pueda haber una ciencia de la naturaleza diferente, que no contradiga sino que complemente la corriente científica principal. Ambas pueden ser ciertas, no porque la verdad sea relativa sino porque revelan la naturaleza de formas diferentes. Así pues, mientras que la corriente científica principal nos permite descubrir el orden causal de la naturaleza, el enfoque goethiano de la ciencia nos permite descubrir la totalidad. Sugiero que esta ciencia de la naturaleza como totalidad es un enfoque actualmente muy necesario, en vista de las limitaciones en la perspectiva de la corriente científica principal, limitaciones que hoy en día se han vuelto muy evidentes.