05 abril 2021

Los dioses de los griegos

 


“Este libro debe su origen a la convicción, compartida por los editores y el autor, de que ha llegado el momento de escribir una Mitología de los Griegos para adultos. Es decir, una mitología no sólo para especialistas en estudios clásicos, en historia de la religión o en etnología; menos aún para niños, quienes en el pasado recibieron los mitos clásicos muy alterados o, al menos, escogidos cuidadosamente según los criterios de una educación tradicional; sino simplemente pa­ra aquellos adultos cuyo interés primordial, si bien vinculable al inte­rés por cualquiera de las mencionadas ramas del saber, reside sin em­ bargo en el estudio de los seres humanos. La forma actual que ese interés toma es, desde luego, la de un interés por la psicología. Y tal como lo ha admitido un gran exponente del pensamiento humanístico moderno, es precisamente la psicología el saber que «contiene en su interior un interés por el mito, tal como toda escritura creativa contiene en su interior un interés por la psicología».”

Esas últimas palabras que entrecomilla en su cita Karl Kerényi en la Introducción de Los dioses de los griegos, que publica Atalanta con traducción de Jaime López Sanz, son de una conferencia de Thomas Mann, que añadía: “mientras lo mítico representa un estadio temprano y primitivo en la vida de la humanidad, en la vida del individuo representa uno tardío y maduro.”

“La palabra griega mythologia contiene el sentido no sólo de «cuentos» (mythoi), sino también el de «contar» (legein): un tipo de narración que originalmente también despertaba ecos, porque promovía el darse cuenta de que la historia contada concernía personalmente al narrador y a la audiencia. [...] Este libro es un intento  experimental de reponer la mitología de los griegos (al menos hasta cierto punto) en su medio original: en el contar historias mitológico”, escribe el filólogo, helenista y mitógrafo húngaro Károly Kerényi, que publicó Los dioses de los griegos en 1951. Es el primer volumen de La mitología de los griegos, que completó en 1958 con Los héroes de los griegos, editado en España hace doce años también en Atalanta.

El conjunto es un estudio ya clásico sobre la profunda huella que han dejado los dioses y los héroes de la mitología de la Grecia clásica no sólo en la configuración de prototipos literarios o éticos, sino en la formación del pensamiento occidental.

Se trata de una mitología para adultos presentada como una narración continua que prescinde del análisis erudito y se construye como un relato puesto en boca de un narrador inventado por Kerényi: un griego isleño de nuestro tiempo que cuenta esos mitos y leyendas heroicas desde dentro, como parte de su propia realidad.

Porque -explica Kerényi en su introducción- “el elenco presentado en este libro debe también incluir un personaje ficticio que recuenta las historias de la mitología griega. Este personaje dirá el prólogo de las acciones narrativas mayores y menores; al modo clásico de la tragedia griega introducirá a los otros personajes a medida que aparezcan y describirá sus indumentarias.”

Por medio de esa voluntad narrativa se asume así un único punto de vista omnisciente que recorre una parte fundamental de nuestro inconsciente colectivo a través de esas historias.

La interpretación de Kerényi de las figuras de la mitología griega como arquetipos de alma humana se relaciona directamente con el enfoque de Freud y Jung, que exploraron los vínculos entre la psicología y la mitología griega.

Lo explica en su prólogo Luis Alberto de Cuenca cuando escribe que “la psicología moderna, con Sigmund Freud a la cabeza, buceó en los arquetipos que le ofrecía la mitología griega para dar nombre a procesos de naturaleza psíquica como el complejo de Edipo, el de Electra, el de Medea y tantas otras proyecciones de nuestro yo infantil en el mundo de las emociones y los sentimientos consustanciales a nuestra especie.”

Con esa perspectiva narrativa, a partir del estudio de una ingente cantidad de fuentes y relatos desde los himnos homéricos hasta Aristófanes o Plinio y desde Teócrito hasta Cicerón o Virgilio, Kerényi ofrece un recorrido por los mitos griegos más significativos desde los mitos sobre el origen y las divinidades primordiales (Tetys y Océano, Gea y Rea, la Gran Madre de los dioses) a los cultos mistéricos de Dionisos o Eleusis, a los que dedicó sendas monografías.

Hécate, las Moiras y otras deidades preolímpicas como las Erinias o Euménides;  Afrodita y sus diversas advocaciones; Zeus y sus múltiples esposas; su hija, Palas Atenea, virgen y madre; Apolo en Delfos con forma de delfín y Ártemis, su hermana cazadora; las maternidades de Hera y el canto de Hermes, inventor de la lira; Posidón, hermano de Zeus, y sus matrimonios; el Sol, la Luna y su familia; Prometeo, rival de Zeus, y la raza humana; Hades, “el hermano subterráneo de Zeus”, su hermana Deméter y su sobrina Perséfone, divinidades del Inframundo, y otras historias de rapto, consuelo y ascensión.

 Forman parte de un mosaico espectacular, porque -como avisa Kerényi a propósito de Afrodita y sus sobrenombres- “la sustancia de los relatos estaba contenida en la figura de la deidad misma, pero ningún relato aislado podría presentar a la figura completa en todos sus aspectos. Los dioses vivían en el alma de nuestros ancestros, por lo que sus figuras no se agotaban al entrar en algunas de sus historias tomadas aisladamente. Y sin embargo, cada relato contiene, ahora como entonces, alguna parte viva de ellos, un fragmento que contribuye a sus configuraciones totales.”

Las páginas de este ensayo imprescindible son una contribución decisiva a la reconstrucción de ese mosaico complejo y plural que representa la complejidad del hombre y su relación consigo mismo y con los otros, con la naturaleza y el universo, con la vida, el tiempo y la muerte.