11 septiembre 2021

Verónica Aranda. Humo de té

 




Caballos de otro siglo

Junto al humo del té,
respiración
acompasada en tinta,                                   
elipsis encarnadas                                                                                       
en signos
incompletos.
Cartas
bajo una luz de carrusel.

En la tarde lluviosa
pasan caballos de otro siglo.
No mastican manzanas,
mas sus crines me nombran.



Vuelo y frontera

En el pulmón del pájaro
está la orografía
de la aldea flotante,
sus lomas más remotas
y el apego a los juncos.
El miedo irracional
a escoger un vocablo,
arrancar su maleza
e incorporarlo al grito.


Esos dos poemas pueden resumir el mundo poético y la tonalidad verbal de Humo de té, el libro de Verónica Aranda que publica la Diputación de Soria como ganador del Premio Leonor 2020.

Organizado en cuatro partes (Rituales, Distancia y deseo, Bodegones y Postales de la ciudad flotante) que asumen la delicada modulación de sus atmósferas emocionales, hay en estos textos, como en el té, un inconfundible aroma oriental que no sólo se aprecia en las referencias espaciales y en la escenografía minimalista de los poemas, sino también y sobre todo en la contención verbal del verso corto y el poema breve, en la suma de sugerencia y elipsis, de emoción y memoria o en el uso de lo natural como símbolo, en la concepción del poema como signo que nombra el mundo propio y lo ordena en torno a un yo y a un tú que evocan la relación amorosa.

De su sutileza expresiva, de su tono cercano y confesional que establece una complicidad sostenida con el lector da cuenta este poema, el cierre del conjunto que funde ejemplarmente la levedad expresiva y la intensidad del sentimiento:

Desbandada

Queda tu nombre por el bambudal
y en la desbandada de pájaros de junio.
En aquel perfumero que guardé por codicia
y en las hendiduras de un verso alejandrino
detenido en la tarde de verano,
cuando llegan las madres sigilosas
con ramos de astromelias.

No he vuelto a entrar a los establos
donde te vislumbraba.
Hay un desplazamiento
en hilandera y mito.
Algo se ramifica
en cerezo y placenta.

Miro a las barqueras a los ojos.
Una aldea flotante del Mekong,
amores a distancia.

Miro a las barqueras
remar
hacia el abismo imaginario.