23 mayo 2022

Dos libros de Alfredo Giuliani





“Encontrarme en 2001 me ha dado una curiosa impresión, me sentía en otra parte del tiempo y por primera vez he contado mis años. Me parecía haberme convertido en un joven viejo, era como una percepción de realidad invertida. Me he llamado viejo, simplemente, con una cierta gallardía. Ya no tengo nada que perder, me he dicho, puedo recoger los pensamientos y los sarcasmos predilectos, los sentimientos, las ‘verdades’ y las repulsiones. Gozar del placer de sufrir y jugar con las palabras. Divertirme con las formas y las informalidades de la métrica. Hablar de tú al mundo, somos ambos jóvenes viejos. Adiós al romántico demonio”, escribe Alfredo Giuliani (1924-2007) en el epílogo el que explicaba el nacimiento de su libro Poetrix Bazaar, que recoge poemas escritos en su mayor parte entre 2001 y 2002.

Con una espléndida edición bilingüe de José Muñoz Rivas, lo publica El sastre de Apollinaire junto con Ebriedad de aplacamientos, cuya versión original apareció en 1993, diez años antes de Poetrix Bazaar.

Esos dos títulos constituyen la última fase creativa de Giuliani, poeta del que Muñoz Rivas tradujo ya en 1991 Versi e nonversi, el volumen que recogía la poesía hasta 1984 de “uno de los principales teóricos y protagonistas “ de la nave vanguardia italiana entre los años 50 y los 80 del pasado. Del cambio poético de Giuliani que reflejan estos dos renovadores libros habla Muñoz Rivas en la introducción, donde afirma que “el espacio alternativo que creo que habría que defender para estas dos joyas de la literatura italiana, naturalmente no impide la existencia de indispensables conexiones con la poética vanguardista de Giuliani madurada a lo largo de décadas, desde principios de los años cincuenta del siglo pasado. Más bien, lo que hace es proteger una intimidad que no era muy acorde con los libros anteriores del teórico, poeta y crítico de vanguardia Alfredo Giuliani.”

Esa introducción aborda también las amplias influencias que subyacen en la poesía de Giuliani (Dylan Thomas, Pound, Eliot, Auden, Larkin o William Carlos Williams entre los poetas de habla inglesa; Michaux y Jarry entre los francófonos) o su importante vertiente crítica y divulgativa, una actividad en la que destaca su antología I novissimi. Poesie per gli anni ‘60, en la que reivindicaba la ruptura con el neorrealismo y el crepuscularismo.

Del onirismo visionario de estirpe superrealista que recorre estos dos libros, de su escritura en libertad y de la calidad de las traducciones de José Muñoz Rivas dan muestra estos dos poemas. El primero es uno de los cinco textos breves que integran el poema que da título a Ebriedad de aplacamientos:

Gemina que zurda respira a escondite
el sol está en el pozo de nuestro conjunto infinito
por remolinos incandescentes vago espejo de espumas
desgrana la hipótesis de hiperbólico fuego
el aire hueco fríe luz oscura abre de par en par
es océano en llamas y basta la imagen
pero tú subes a la cotas del viento curtido
gimes la amabilidad de morir.

Este otro es muy significativo de la tonalidad emocional y verbal de Poetrix Bazaar:

SOBRE UNA FRASE DE UN AMIGO

Un amigo me tira encima una frase hecha: 
“¿No estarás por casualidad echando los remos a la barca?”
Verdaderamente puede no ser una rendición, y por si acaso no es 
por casualidad. Uno echa los remos a la barca para deslizarse 
por la corriente y ponerse a contemplar el mar 
del ser, ¿no te parece? Es frase mal hecha,
por lo que quiere significar: que te separas.
En cambio, te ralentizas (porque pararse nunca se puede) 
y contemplas la ilusión y quizá te diviertes pensando 
que puedes elegir, frágil belleza, la parte 
no infame en la que estar.