17 mayo 2023

Antología de Rafael Cadenas


 

Yo pertenecía a un pueblo de grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor. Pero mi raza era de distinto linaje. Escrito está y lo saben —o lo suponen— quienes se ocupan en leer signos no expresamente manifestados, que su austeridad tenía carácter proverbial.

Este es el comienzo de Los cuadernos del destierro (1960), de Rafael Cadenas: un subyugante poema narrativo dotado de una magia que no está sólo en las palabras, sino en una tonalidad en la que lo mágico y lo sobrehumano se expresan en un tono de exorcismo aterrador por medio de una voz que no es sólo la voz personal del poeta, sino la de un mundo que se expresa a través de él.

Con motivo de la concesión del Premio Cervantes a Rafael Cadenas (Barquisimeto, 1930), el Fondo de Cultura Económica reúne en un cuidado volumen una amplia muestra de su poesía, con la que ha explorado verbalmente el misterio del mundo y del hombre durante más de seis décadas.

Florecemos en un abismo es el título de esta antología, seleccionada por él mismo, que recopila lo más significativo de su poesía, entre los inéditos del inicial Poemas de Trinidad (1954) y el último En torno a Basho y otros asuntos. 

La abre un prólogo en el que Arturo Gutiérrez Plaza hace un recorrido apasionado por la vida y la obra de Cadenas y destaca que “esta es la primera antología en la que Cadenas participa de modo activo en el escogimiento de poemas a incluir y lo ha hecho, además, junto con su hija Paula, por lo cual se trata de una antología no solo personal, sino también familiar. En ella podemos apreciar la valoración que el mismo poeta ha efectuado de su obra, como saldo de cuentas de una vida dedicada a la escritura de poesía.”

En esa trayectoria, tras Falsas maniobras se produjo una modificación sustancial del tono en la poesía de Rafael Cadenas, que pasó de la incursión en lo telúrico, lo mágico y lo desconocido ( “Ya el delirio no me solicita”, escribió en Intemperie) a la claridad del aire, a la transparencia del estilo y a un cambio en el sujeto lírico: del hechicero al hombre corriente y al inadaptado, como en estos versos de Gestiones, que junto con Memorial, es el libro del que Cadenas ha seleccionado más poemas para esta antología:

Soy 
apenas 
un hombre que trata de respirar 
por los poros del lenguaje.
Un estigma, 
a veces un intruso, 
en todo caso alguien fuera de papel.

Con Intemperie se iniciaba la evolución de Rafael Cadenas hacia una disolución del yo que se convierte en desistimiento en estos versos:

Vida,
arrásame, 
barre todo, 
que sólo quede 
la cáscara vacía, para no llenarla más, 
limpia, limpia sin escrúpulo 
y cuanto sostuviste deja caer 
sin guardar nada.

Florecemos en un abismo es la espléndida reconstrucción de un itinerario poético que se concreta en la actitud humana y verbal de Rafael Cadenas ante el mundo, ante el lenguaje y ante sí mismo. Una actitud que queda resumida en este poema:

 ARS POETICA

Que cada palabra lleve lo que dice.
Que sea como el temblor que la sostiene.
Que se mantenga como un latido.

No he de proferir adornada falsedad ni poner tinta dudosa ni 
añadir brillos a lo que es.        
Esto me obliga a oírme. Pero estamos aquí para decir la verdad. 
Seamos reales.
Quiero exactitudes aterradoras. 
Tiemblo cuando creo que me falsifico. Debo llevar en peso mis
palabras. Me poseen tanto como yo a ellas.

Si no veo bien, dime tú, tú que me conoces, mi mentira, señálame
la impostura, restrégame la estafa. Te lo agradeceré, en serio. 
Enloquezco por corresponderme.
Sé mi ojo, espérame en la noche y divísame, escrútame, sacúdeme.