13 diciembre 2018

Alfredo Buxán. El rumor



VIEJA DAMA 
Está la muerte quietecita y mansa 
como un retrato viejo en el estante. 
Solo con esperar tiene bastante. 
Liba su negra flor. Y no se cansa. 

Ese cuarteto forma parte de la espléndida colección de poemas que Alfredo Buxán reúne en El rumor, uno de los mejores libros de poesía de este año, que publica la editorial Aflera en su colección La garza roja.
De alguna manera lo complementa este otro cuarteto, el que cierra el libro:

SUAVE ES LA NOCHE 
Ya se escucha el rumor como una brisa 
que mece levemente la cortina
y en su paso tranquilo se adivina
que sabe a donde va y no tiene prisa.

Además de la pericia en el manejo de diversas estructuras métricas y versales y de una envidiable precisión verbal, recorre estos poemas una serena voz que reflexiona en torno a la identidad y la memoria y asume el tiempo pasado y las destrucciones futuras. 
Con el telón de fondo de un paisaje que es el del alma y el recuerdo, conviven en la intensidad de estos poemas la evocación y la invocación, la actitud meditativa y la emoción, la elegía y la celebración. 
Porque en los poemas de El rumor la oscuridad es la fuente de la que brotan la luz y la alegría, aquí brillan las brasas de las que nace el fuego, el asombro se impone a la tristeza y al miedo. Y la soledad y el silencio parecen estar ahí para que de ellos surja la música como una revelación en medio de la noche, para que la belleza triunfe sobre la muerte, como en Un trabajo cualquiera:
Que mi trabajo es este: perseguir la belleza 
de las cosas que cesan, para que no se olviden, 
escuchar el gorjeo con que el día nos cuenta 
que la vida no pide otra cosa que entrega. 
Y los ojos abiertos. Y la mano tendida. 
(...)
Qué le vamos a hacer si la música suena 
y las nubes lo saben, si lo entiende hasta el aire 
cuando pasa de largo, que mi trabajo es este: 
las manos en el barro y en el alma el anhelo 
de que salga una jarra donde guardar el agua.

Y así el poeta celebra el milagro de la luz, la palabra y la vida, el triunfo de lo que nace frente a las pérdidas, y asume su destino, ya en paz consigo mismo:
                                     ...Tú celebra lo vivido 
y vete en paz, en paz contigo, sin una queja 
innecesaria, cuando el momento llegue.