08 diciembre 2019

Un pueblo traicionado





La rica y trágica historia de España puede abordarse desde múltiples perspectivas. En el presente caso, el libro narra las deficiencias de la clase política española. Abarca desde la restauración de los Borbones con Alfonso XII en 1874 hasta el inicio del reinado de su tataranieto Felipe VI en 2014. Su objetivo es ofrecer una historia completa y fiable de España haciendo hincapié en la forma en que el progreso del país se ha visto obstaculizado por la corrupción y la incompetencia política y demostrando que estas dos características han provocado una ruptura de la cohesión social que a menudo se ha tratado y exacerbado mediante el uso de la violencia por parte de las autoridades. Los tres temas aparecen de forma recurrente en las tensiones existentes entre Madrid y Cataluña. Durante la Restauración, y de forma espectacular, con la dictadura de Primo de Rivera, la corrupción institucional y una asombrosa incompetencia política fueron la norma, lo que allanó el camino para la instauración de la primera democracia en España: la Segunda República.

El texto que sigue entrelaza los temas de la influencia militar y eclesiástica, el desprecio popular por la clase política, los enconados conflictos sociales, el atraso económico y el enfrentamiento entre el nacionalismo centralista y los movimientos independentistas regionales. También sitúa estos procesos en un contexto internacional. El colapso de la Segunda República y el estallido de la Guerra Civil son incomprensibles sin tener en cuenta la influencia de los acontecimientos internacionales, en particular el fascismo y el comunismo, en los acontecimientos internos. El curso de la Guerra Civil española se analizará prestando una especial atención a la interacción entre los factores nacionales e internacionales que determinaron su desenlace. En muchos aspectos, el conflicto español puede verse como un ensayo de la Segunda Guerra Mundial o como el lugar de sus primeras batallas. La neutralidad española en el conflicto bélico internacional desempeñó un papel clave en el resultado de la contienda en Europa. El proceso por el que la dictadura franquista se sacudió el ostracismo internacional para convertirse en el valioso aliado de las potencias occidentales se examinará de forma exhaustiva.

El libro muestra cómo España pasó de la desesperación absoluta de 1898 a una montaña rusa de acontecimientos que culminó en un actual estado de pesimismo muy similar al vivido a finales del siglo XIX. La Guerra Civil fue la más dramática de una serie de luchas desiguales entre las fuerzas de la reforma y la reacción que han marcado la historia de España desde 1808 hasta nuestros días. Existe una curiosa pauta en la historia moderna y contemporánea de España, que surge de un frecuente desfase o falta de sincronización entre la realidad social y la estructura de poder político que la gobierna. Tras largos periodos en los que los elementos reaccionarios han utilizado el poder político y militar para frenar el progreso social, se producen estallidos de fervor revolucionario. En la década de 1850, en la de 1870, entre 1910 y 1912, entre 1917 y 1923 y, sobre todo, durante la Segunda República, se realizaron esfuerzos para adecuar la política española a la realidad social del país. Esto implicó inevitablemente intentos de redistribuir la riqueza, especialmente la tierra, lo que a su vez despertó un afán reaccionario para detener el reloj y reimponer el orden tradicional del poder social y económico. Así, los movimientos progresistas fueron aplastados por el general O’Donnell en 1856, por el general Pavía en 1874, por el general Primo de Rivera en 1923 y por el general Franco entre 1936 y 1939. Fueron necesarios los horrores de la Guerra Civil y las casi cuatro décadas de dictadura que siguieron para romper esta pauta. La moderación compartida por la derecha progresista y la izquierda reprimida puso los cimientos de una transición incruenta a la democracia.

A lo largo de todo el periodo que abarca este libro, la corrupción y la incompetencia política han tenido un efecto corrosivo sobre la coexistencia política y la cohesión social. La transición de España a la democracia ha suscitado la admiración general. Sin embargo, la magnitud de la corrupción constante y la ineptitud intermitente demostrada por la clase política en distintos ámbitos de la sociedad desde 1982 hasta hoy ha sido notable. Los políticos de derecha e izquierda no han podido o no han querido hacer frente a la corrupción y al choque pernicioso entre el nacionalismo centralista español y los deseos regionales de independencia. Solo durante breves periodos de tiempo, a principios de los años treinta del siglo XX y en los albores de la Transición, hubo cierto grado de respeto público por los políticos. Sin embargo, el desprecio y el resentimiento generalizados se han intensificado de nuevo durante la crisis económica de los últimos años. El desarrollo de los años noventa fomentó la corrupción y fue testigo de una incompetencia política sin precedentes. Desde finales de los ochenta hasta la actualidad, la corrupción endémica y la renovada ebullición del nacionalismo han llevado otra vez a la misma desilusión de siempre con la clase política. Aunque el desencanto no se encuentre en los mínimos irrepetibles de 1898, la población española valora a sus políticos muy por debajo de lo que habría podido suponerse cuando se ensalzaba la Transición como un modelo para otros países.

En esos cuatro párrafos, seleccionados de distintas zonas del Prefacio, explica Paul Preston el sentido de su libro Un pueblo traicionado, que publica Debate.

Pueden servir como el breve resumen de un ensayo monumental, un riguroso y exhaustivo trabajo que se convertirá en manual de referencia y que, como indica el subtítulo, aborda la realidad política, social y económica de España desde 1874 a nuestros días en función de tres claves temáticas: la corrupción, la incompetencia política y la división social.

Un recorrido por siglo y medio de historia de la España contemporánea, marcada por el conflicto la corrupción y la violencia, por el comportamiento de las élites desleales que traicionaron el deseo de progreso del pueblo español en este siglo y medio en el que España no ha sido una excepción. Así lo explica Preston desde su entorno británico actual:

Este libro no pretende insinuar que España sea un caso único por lo que se refiere a la corrupción o a la incompetencia gubernamental: existen otras naciones europeas a las que podrían aplicarse interpretaciones parecidas en diversos momentos históricos. Por ejemplo, mientras escribía el libro, he vivido a diario durante tres años a la sombra del proceso del Brexit en Gran Bretaña. Me ha dolido presenciar cómo una amalgama de mentiras, inepcia gubernamental y corrupción dividía profundamente al país y amenazaba con provocar la desintegración de Reino Unido.