26 septiembre 2020

Poetas críticos, críticos poetas



Sin embargo, creo que los textos críticos de los poetas, de los cuales ha habido en el pasado algunos ejemplos notables, deben gran parte de su interés al hecho de que el poeta, en lo más profundo de su mente, si no como propósito explícito, intenta siempre defender la clase de poesía que él mismo escribe o de formular la clase de poesía que le gustaría escribir. Sobre todo cuando es joven y se halla activamente comprometido en batallar por la clase de poesía que practica, valora la poesía del pasado en relación con la suya propia y su gratitud hacia aquellos poetas muertos de los que ha aprendido, lo mismo que su indiferencia hacia aquellos otros cuyos esfuerzos son ajenos al suyo probablemente sea exagerada. No es tanto un juez como un abogado. Puede incluso que su conocimiento sea parcial, pues sus estudios probablemente le habrán llevado a concentrarse en ciertos autores en perjuicio de otros. Cuando teoriza sobre la creación poética, parece estar generalizando un determinado tipo de experiencia; cuando se aventura por los terrenos de la estética, parece ser menos competente que los filósofos, en vez de más competente que ellos y haría mejor si simplemente comunicara, para provecho de estos, los datos de su propia introspección. Lo que escriba sobre poesía, en resumen, debe estar relacionado con la poesía que escribe. Debemos acudir al erudito para que determine los hechos y al crítico desinteresado en busca de juicios imparciales. El crítico, ciertamente, debe tener algo de erudito y el erudito algo de crítico.

T. S. Eliot. 
“La música de la poesía”
En La aventura sin fin. Ensayos.
Edición de Andreu Jaume.
Traducción de Juan Antonio Montiel Rodríguez.
Lumen. Barcelona, 2011.