‘La heterodoxa sencillez de un poeta mayúsculo’. Así titula Jordi Virallonga el estudio introductorio que abre la antología de poesía y prosa de Joan Salvat-Papasseit que ha traducido para la edición bilingüe de Cátedra Letras Hispánicas.
Me he cruzado con un hombre que pasaba es el título de esta amplia muestra, representativa de la obra de un autor cuyos poemas, según Virallonga, “tan jóvenes todavía, están llenos de celebración pero también de misterio.”
Futurista militante y escritor autodidacta de origen muy humilde, Salvat-Papasseit (1894-1924) evolucionó desde un socialismo incendiario hacia un anarquismo sentimental y de ahí a un independentismo hiperventilado, siempre de la mano de un radicalismo visceral cuyos matices expresó en unos textos poéticos cuya expresión exaltada refleja su explosivo mundo interior: “Soy yo el incendiario de palabras de adolescente”, escribió en uno de los poemas de El irradiador del puerto y las gaviotas, su segundo libro.
Con una chocante mezcla de vanguardismo y neopopularismo, de ruptura y tradición, Salvat-Papasseit alcanzó su momento literario más alto en El poema de la rosa en los labios, una exploración en el tema del erotismo en la que se combinan los modelos de la poesía trovadoresca provenzal con la incorporación ultraísta de la vida urbana moderna:
Amo el aroma de ese brote de menta
que llevas atada a tu sonrisa
tomame en prenda, muchacha arisca
como vela nueva que turba el gregal.
Las tazas blancas de los postes del telégrafo
si estás en ruta guardan tu camino;
por el brote de menta ninguna pleitea-
plantearían si sufrir me vieran.
Porque vendría de tu boca
la pondría a morder de los dientes,
dámelo en prenda, tu brote de menta:
yo, por pagarla, a ti me diera
“Naturalidad, franqueza, intimidad, ternura, comprensión, tristeza o gozo; aspectos corrientes en el día día de la gente humilde, son tratados en la poesía de este poeta barcelonés de una manera real pero insólita, porque en ella lo sencillo se hace asombrosamente excepcional”, escribe Jordi Virallonga sobre esta poesía. Juzgue el lector.