16 agosto 2023

Velázquez en Villa Médicis


 




La Villa Médicis, construida en los jardines de Lúculo en 1560, fue edificada por Annibale Lippi para el cardenal Giovanne Ricci de Montepulciano. A su muerte, la adquirió el cardenal Fernando de Médicis. Allí hubo una colección de estatuas, famosa en el mundo entero, que se hallaba completa aún en 1629.[…]
Velázquez pintó allí dos escenas de la Villa como obras de acompañamiento. Son más bien dos bocetos que nos trasladan a los primeros días felices, pasados lejos de los rumores de la guerra y del servicio de la Corte, en el goce tranquilo de ese glorioso retiro terrenal.
Su estado inconcluso nos recuerda la brevedad de esos brillantes días, pronto envenenados por la fiebre, cual serpiente que merodea por entre las hierbas. Están hechos rápidamente con la punta del pincel y con tintes fuertemente contrapuestos. Acabados, hubieran podido ser deliciosos pues, tal como están, mucho quedó en manos de la imaginación.
Pertenecen a los pocos cuadros de este género que muestran por completo, sin duda, su mano; a muchos otros cuadros similares les falta claridad y permanencia en el color. En uno de estos lugares se encontró a un personaje ya conocido en el Belvedere: Cleopatra-Ariadna, que parecía consolarlo por haber abandonado tan incomparable lugar.
La estatua estaba en una pequeña loggia de mármol con arcos muy altos; por las balaustradas laterales se ven los cipreses de los jardines Borghese, en tanto que la loggia parecía concebida para servirles de marco. Del muro enjalbegado, a través de la fronda, una luz viva brilla y se refleja en el edificio blanco que está enfrente.
Un caballero con sombrero negro y larga capa contempla el paisaje, mientras en el primer plano hay un hombre de elevada estatura, descuidadamente vestido con una manta y un turbante blanco en la cabeza, vuelta la cara hacia un personaje en mangas de camisa que avanza a grandes zancadas. Quizá le pregunta por el extranjero.

Carl Justi.
Velázquez y su época.
Traducción de Pedro Marrades.
Istmo. Madrid, 1999.