NO SÉ QUÉ DEPARARÁ EL MAÑANA
No sé qué deparará el mañana.
Yo, el poeta Fernando Pessoa
he soñado que soy todos los hombres
que existen, soy los ojos de mi madre
cubiertos de lágrimas, soy los miles de
muertos del seísmo de Lisboa y un perro
enfermo que merodea en los escombros.
Soy Ricardo Reis, Bernardo
Soares y otros tantos que olvido.
Soy alguien que sostiene una lámpara
en una casa desierta.
Otro, no yo, se angustia completamente solo
en la cama de un hospital -I know not
what tomorrow will bring- Hoy soy
sencillamente un hombre que muere.
Ese es uno de los poemas del poeta griego Stamatis Polenakis (Atenas, 1970) que se recogen en Luz oscura. Antología poética, en edición bilingüe preparada por Virginia López Recio, que ha realizado y traducido esta selección de casi sesenta textos representativos de una poesía que, como señala en su Introducción, “además de lírica, es narrativa, dialógica, política, icónica, histórica y supra histórica.”
Poemas procedentes de tres de sus libros: Notre Dame (2008), Los escalones de Odessa (2012) y La piedra gloriosa (2014), en los que, como en ese poema, Polenakis asume -en la línea que arranca de Browning y Tennyson y pasa por Swinburne, Lee Masters, Cavafis o Borges- una perspectiva poética que cede la voz al personaje al que se atribuye el monólogo dramático.
Personajes reales o literarios, explícitos o implícitos como Whitman y Kafka, Raskolnikov y Mayakovski, Heráclito y Lázaro, Marina Tsvetaeva y Victor Hugo, von Aschenbach y Chéjov, que habla en este poema:
VIOLA D’AMORE
OIga, si muero hoy, espero que mañana me olvides.
Que recuerdes, sin embargo, el barco de Odessa
a Tergisti una tarde de verano en una lejana vida,
la orquesta olvidada incluso por Dios que tocaba
canciones populares rusas en la cubierta;
al estudiante Trofimov, que viajaba junto a nosotros
y se perdió después en Siberia.
Que recuerdes, sobre todo, a las gaviotas
eran blancas y nos acompañaban
todo el viaje, volando más rápido que las olas.
Ich sterbe, Olga. Hoy muero para siempre.
Monólogos dramáticos que tienen más de homenaje lector que de proyección del propio poeta en el personaje. Al último libro antologado, La piedra gloriosa, pertenece este poema que da título también a la antología:
LUZ OSCURA DE ODISEO
Valeria, mañana todo terminará:
el mundo empezará de nuevo desde el principio.
Mañana todo empezará de nuevo, pero yo
mantendré para siempre el recuerdo
de aquel encuentro nuestro en Roma.
La Plaza de España y la casa de Keats:
la lluvia que entraba por los cristales rotos
y los ojos cansados de Fanny Browne
marcados por las lágrimas.
Intenté componer una breve elegía
para un poeta que como Odiseo
murió joven en tierras extranjeras y su nombre
estaba escrito en el agua.
Il ritorno d'Ulisse in patria
cantaban el viento
y la sal del mar
y las almas de los marineros y las sirenas
ante los lamentables desperdicios de los barcos.