02 junio 2007

Descrédito del héroe

Cuando apareció en 1977 Descrédito del héroe, de José Manuel Caballero Bonald, que acaba de reeditar Bartleby en su serie Lecturas 21, su autor llevaba casi quince años sin publicar poesía. Desde Pliegos de cordel había editado, en la antología Vivir para contarlo, un anticipo, Nuevas situaciones, de lo que sería este Descrédito del héroe, un libro que abre una nueva línea en Caballero Bonald.

Un libro nocturno, como la excelente novela Ágata ojo de gato, que acaba de reeditar Seix Barral, escrita a la vez que los poemas de este libro oscuro y visionario en el que la memoria es no evocación sino indagación, no recuerdo sino conocimiento.

Este es un libro fundacional en el que están ya presentes, como en una obertura, temas, formas y actitudes que a partir de ese momento serán centrales en la poesía de Caballero Bonald, especialmente en los dos libros siguientes, Laberinto de Fortuna y Diario de Argónida.

El mismo tono sarcástico y ceñudo que aparecería, muchos años después, en Manual de infractores está en este Rigor mortis de Descrédito del héroe:

Por muy solos que estén, por muy diezmados que parezcan estar, regresan cada noche de su demarcación más fúnebre, enarbolan el imperioso emblema de una herencia de fámulos y en la fealdad abominable de su fe militan. A su estatura escasa, copia de otra estatura general igualmente deforme, aplican la inútil panacea de una máscara con que intentan suplir su congénito horror al rostro de la historia. A veces se autoerigen estatuas y a veces ellos mismos con razonable unción se llaman mutuamente mentecatos.

Con el ejemplo de Juan Ramón Jiménez y de Cernuda, conviven en Descrédito del héroe el verso y la prosa, la memoria y la palabra, el sarcasmo y el culturalismo en una poesía alucinatoria, exigente en sus planteamientos estéticos y rigurosa en sus exigencias éticas. Una poesía que se plantea como crítica moral, como búsqueda y revelación de lo que desconoce el poeta, como un memorial nocturno de gran densidad de contenido, de tensión verbal sostenida y enorme fuerza sonora.

Con Descrédito del héroe Caballero Bonald entra en su plenitud poética, en la plenitud de una poesía indagadora y depurativa, en la que la palabra asume una función alucinatoria que tiene en este libro la intensidad del fulgor y una carga eléctrica de alto voltaje.

La lectura de Joaquín Pérez Azaústre, la espléndida lectura generacional de un poeta joven, se complementa en una segunda parte con un texto creativo en un collage con el que un poeta homenajea a otro.

Reseña íntegra en la revista Encuentros de lecturas y lectores