Una obra maestra, Arraianos, de Xosé Luís Méndez Ferrín, el mejor escritor gallego vivo, con traducción de Luisa Castro, y una espléndida novela -Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis- del griego Vasilis Vasilicós, jalonan la trayectoria de Hoja de Lata, una joven editorial gijonesa que cumple estos días su primer año con una apuesta decidida por la calidad de los títulos y el cuidado en sus ediciones, desde las magníficas portadas hasta el texto de los colofones, pasando por la tipografía o la elección del papel.
Entre un título y otro, y para confirmar su significativo
lema programático -Lecturas sugerentes para tiempos inciertos-, Cartas de una cazadora y otras mujeres de la frontera, de Elinore Pruitt,
Los javaneses, de Jean Malaquais, o Paz, amor y cócteles molotov, de D.D.
Johnston.
Todos esos títulos forman parte de la colección de narrativa
Sensibles a las Letras, “que busca el equilibrio entre obras de autores
contemporáneos, clásicos e inéditos. Una apuesta por la literatura de calidad,
que sorprenda y haga propuestas diferentes.”
Hay una segunda línea prevista para el ensayo, Mecanoclastia:
“una colección de ensayo que ofrece herramientas de conocimiento a un público
con inquietudes sociales, textos divulgativos que favorecen la reflexión
personal y el debate.”