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16 diciembre 2016

Poesía completa de Elizabeth Bishop





Las aguas cartografiadas son más tranquilas que la tierra 
al entregar a la tierra la conformación de sus olas: 
la liebre de Noruega corre agitada hacia el sur, 
los litorales escudriñan el mar, donde está la tierra. 
¿Se le asigna o elige cada país su color? 
Lo que mejor convenga a su carácter o a sus aguas nativas. 
En topografia no hay favoritos; tan próximo está el norte como el oeste. 
Más sutiles que los de la historia son los colores de los cartógrafos.


Así termina 'El mapa', el primer poema del primer libro de la autora estadounidense Elizabeth Bishop (1911-1979), Norte y sur, un título que cumple ahora setenta años y que se recoge con el resto de su poesía completa en el espléndido volumen que acaba de publicar Vaso Roto en edición bilingüe con traducción, prólogo y notas de Jeannette L. Clariond, que define la voz poética de Elizabeth Bishop como “un mar inmóvil siempre en movimiento.”
Ese texto tiene algo de obertura de su obra poética, porque, como señala la traductora, “el poema marcará el inicio de su obsesión por la geografía, el paisaje, el otro” y “anuncia lo que marcará el resto de su obra: la descripción, la repetición” y una idea del amor metafisico que viene de John Donne y que “Anne Carson retomará (...) en su poema 'Aria de Afrodita en su anhelo por una suave caricia'”, que apareció en su libro Decreación, publicado también por Vaso Roto hace dos años.
Una serie de penosas circunstancias familiares crearon en Elizabeth Bishop una sensación de desarraigo que atraviesa toda su obra y que se reconoce incluso en sus títulos ligados más a lo especial que a lo temporal.
Y ligada a ese desarraigo, como su consecuencia más directa, la búsqueda de una identidad problemática y de una composición de lugar que se resuelve en la construcción de su propia geografía desde el lugar fronterizo que une lo exterior y lo interior, la percepción y la reflexión, lo horizontal y lo hondamente vertical. 
Una geografía interior en la que –explica la editora- “perspectiva y percepción son los dos ríos que confluyen en el presente de su voz. La perspectiva como el registro de distancias espaciales, la percepción como la fluidez del pasado adentrándose en el presente.” 
Nunca hay en estos textos, hijos del desamparo y de las preguntas, desbordamientos emocionales ni patetismo gesticulante. Al contrario, su preferencia por las formas estróficas cerradas le sirve para disciplinar sus versos en una dicción contenida que aspira siempre a la precisión y huye de la exposición directamente autobiográfica. 
Es lo que ocurre en el que quizá sea su mejor poema, 'El arte', un texto de su último libro, un balance de pérdidas que comienza con un verso -“No es difícil dominar el arte de perder”- que resume el sentido de una poesía que vive más en la espera que en la esperanza y no aspira a mucho más que a la indulgencia del tiempo.
Además de Norte y sur, Una fría primavera, Cuestiones de viaje y Geografía III, los cuatro libros que publicó entre 1946 y 1976, se incorporan a esta edición catorce poemas inéditos en libro. Y en un apéndice, una selección de veintisiete manuscritos inéditos que se reproducen en facsímil para que el lector pueda apreciar el trabajo de corrección de aquellos originales que Elizabeth Bishop no llegó a publicar.