Estoy cansado.
Cansado de mí mismo; de mi enemistad conmigo mismo.
O de vivir, o de no
vivir, no
sé.
Hoy,
esta mañana, he
considerado lo que queda de mí:
apenas
una fatigada conciencia
y algunos inservibles
bártulos carnales.
Hoy,
algo más tarde, viendo,
desconociendo
mi rostro en el espejo: mis ojos inmóviles,
mi piel oxidada y la turbia
tempestad de
mis cabellos,
he
pronunciado una
sola sílaba:
No.
Una sílaba sola.
¿Qué es de mí?
¿Soy yo monosílabo, únicamente
negación?
No
sé.
Así comienza La prisión transparente, el primero de los tres libros que, junto con No sé y Mudanzas, integran el volumen que Antonio Gamoneda presentó en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara a finales de año y que esta semana llega a las librerías en España de la mano de Vaso Roto.
Un volumen que toma título de ese primer poema, que abre una serie poética homogénea en su tonalidad, un tríptico que refleja la obra en marcha de Antonio Gamoneda, su ejercicio de reescritura de textos propios y ajenos, asumidos para construir a partir de ellos un poema nuevo.