PESADILLAS
Cuando decidieron en La Plaza del Reino
asestarme su eterna puñalada.
Cuando viajaba esposado en el tranvía gris
de La Ignominia
hasta La Puerta Vieja
de todas las ciudades,
y me pude escapar a Ningún Sitio
porque chirriaron oportunos
los goznes del polizón errante
sin billete de vuelta.
Cuando la nieve me tapaba los ojos
y las bombas silbaban apenas a unos metros.
Cuando, por fin, me parece mentira,
la mar se queda taciturna, callada,
y me traslada su silencio a un murmullo
de caracolas y sonidos
de los que nunca entiendo,
tú ya estabas allí.
No a mi lado, conmigo.
Tú eras mis pensamientos.
No digas nada, lo sé todo de ti
menos tu nombre.
Por eso, desde entonces
se me pasan los días
con los ojos cerrados
o mirando las aguas,
inventando tu nombre.
Es uno de los textos que forman parte de A medias con el tiempo, el libro que Ángel Manuel Silva acaba de publicar en Ediciones en huida.
En ese poema se cruzan la memoria y el amor, los dos temas que vertebran las dos partes -Antología y épica de la memoria y Vaivenes del amor- en las que se articula este libro atravesado por los recuerdos de la infancia y la herida de la soledad y las ausencias.
Un conjunto de poemas en los que la chispa de la emoción enciende la fuerza expresiva de versos como estos.
Un conjunto de poemas en los que la chispa de la emoción enciende la fuerza expresiva de versos como estos.