El vuelo de la lechuza
Desde la poesía de Antonio Machado vuela una lechuza hasta la de la José Antonio Ramírez Lozano:
Por un ventanal,
entró la lechuza
en la catedral.
San Cristobalón
la quiso espantar,
al ver que bebía
del velón de aceite
de Santa María.
La Virgen habló:
-Déjala que beba,
San Cristobalón.
En el vuelo de esa lechuza sobre los olivares de Baeza en Nuevas canciones se prefiguraba la lechuza del obispo don Lulio de Bestiario de cabildo:
LA LECHUZA DEL OBISPO
El obispo don Lulio
guarda en su tabaquera
diez plumas de lechuza
y un pico de carey
y dos ojos que fueran
topacios de su anillo.
¿Quién desata la púrpura?
¿Quién rompe la vidriera
de las constelaciones
y santigua la luna
del olivar los viernes
oscuros de cuaresma?
Las santeras murmuran,
huelen a orines, echan
de menos el aceite
la noche que el obispo
visita los sagrarios
de todas sus iglesias.
Y entre esos dos textos, separados por más de sesenta años, los que van de 1923 a 1984, este otro vuelo de agradecimiento que evocó Machado:
Sobre el olivar,
se vio a la lechuza
volar y volar.
A Santa María
un ramito verde
volando traía.
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