27 junio 2019

Internet y la crisis de la ciudad letrada



«Estos son malos tiempos. Los hijos han dejado de obedecer a sus padres y todo el mundo escribe libros», la frase, atribuida a Cicerón, ha sido citada, irónicamente, en defensa de un hecho (la proliferación de un nuevo tipo de poesía, que logra vender miles de ejemplares) y un derecho (el de la expresión democrática, aunque esta se halle en la periferia de lo artístico). Defreds, el nombre literario de José Ángel Gómez, treintañero, es uno de aquellos poetas: autor de Casi sin querer, libro que, gracias al apoyo de internet y las redes sociales, ha vendido once ediciones y más de treinta mil ejemplares en un año. En una entrevista, en la que dice no estar seguro de considerarse poeta, resume esta situación así: «El mundo funciona de otra manera ahora, si hubiera llevado el manuscrito a una editorial me lo habrían quemado». 

Así comienza la introducción de La lira de las masas, el estudio con el que Martín Rodríguez-Gaona obtuvo el X Premio Málaga de Ensayo. 

Lo publica Páginas de Espuma y en su doble subtítulo (Internet y la crisis de la ciudad letrada. Una aproximación a la poesía de los nativos digitales) resume el contenido de un análisis que se fue perfilando como un proceso de obra en marcha a través de artículos, entrevistas y conferencias en las que su autor fue dejando muestras y adelantos a lo largo de dos años.

Un análisis del cambio que ha provocado la era digital en el paradigma de emisión, transmisión y recepción de la poesía, con nuevos criterios y nuevos valores como la autorrepresentación, la oralidad electrónica, la autopromoción en las redes sociales, la eclosión incontrolada de poetas prosumidores más preocupados por la visibilidad y la rentabilidad de su escritura amateur en el mercado de la poesía adolescente que por la calidad de su escritura. Defred, Marwan o Elvira Sastre son algunos de los nombres en los que se ejemplifica ese cambio de paradigma artístico y de gustos literarios con el que se ha pasado de la retórica literaria a la retórica de una identidad digital basada en la autoproyección del poeta como producto, como imagen comercial dirigida a una comunidad virtual de lectores.

Y en todo ese proceso, Martín Rodríguez-Gaona deja reflejados los rasgos de un fenómeno que está más en el ámbito de lo comercial que de lo literario y que evidencia también paradojas y contradicciones como su oscilación entre lo virtual y lo presencial, entre lo individual y lo colectivo, entre la escritura y la oralidad, entre el estar y el ser.

Así resume el autor sus intenciones:

La intención de La lira de las masas. Internet y la crisis de la ciudad letrada es [...] analizar la producción poética contemporánea desde la perspectiva de los nuevos soportes tecnológicos que van condicionando su distribución, forma y discurso. Quien se aproxime a estos autores y las reflexiones que suscitan desde una perspectiva esencialista puede encontrar fáciles excusas para subestimarlos, pero perderá también el dinamismo y la intensidad que caracterizan al campo literario español de un periodo transicional como el actual. 
En otros términos, la poesía de gran parte de los nativos digitales, en comparación con la de sus inmediatos mayores, es eminentemente menos literaria e intelectual, más cotidiana, personal e incluso antiartística, situándose en ocasiones, como ya se ha hecho palpable, en esa sutil y ardua frontera entre lo popular y el populismo.